Desde que se separó de los continentes africano, primero, y asiático, después, Madagascar pasó unos 80 millones de años escribiendo la historia de un paraíso virgen. En selvas tropicales, áreas casi desérticas, montañas volcánicas, manglares y arrecifes de coral, la vida fue evolucionando para dar lugar a una inmensa variedad de especies, en gran parte exclusivas de esos entornos. A pesar de que los humanos llegamos hace ya 2.000 años, aún continuamos descubriendo muchas de ellas.
El informe La Isla del Tesoro, elaborado por la organización WWF, recoge algunos hallazgos de los últimos años, entre los que se encuentran los ejemplares de estas páginas, y advierte del grave peligro que los amenaza.
La deforestación ha acabado con el 80% de la cubierta forestal de la isla, dejando sin hábitat a numerosas especies y sin medio de subsistencia a gran parte de sus habitantes. Como consecuencia de la tala, la roja tierra queda sin sujeción, es arrastrada por las lluvias hasta el mar y daña los arrecifes coralinos. La población más necesitada utiliza una parte de los árboles cortados para la construcción de cabañas y como combustible. Pero el comercio ilegal, tanto de maderas como de animales exóticos, también añade barreras al funcionamiento de los ecosistemas en uno de los lugares con mayor riqueza natural de todo el planeta.
Además, el informe incluye el plan de acción de WWF para intentar revertir este proceso de destrucción. Con una estrategia para los próximos cuatro años que abarca medidas para la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de los recursos y la adaptación al cambio climático, se encaminan hacia un ambicioso objetivo para 2050: conservar y gestionar de forma sostenible los ecosistemas y su biodiversidad.