Entrevistamos a Javier Rodríguez- Pacheco, investigador principal de uno de los instrumentos más prestigiosos de la Solar Orbiter, la nave de la Agencia Europea del Espacio que no para de cosechar halagos en su desafiante camino a las proximidades del Sol.
«Ojalá algún día recibamos reconocimiento por parte del Ministerio, pero por ahora casi todo, y salvo honrosas excepciones, han sido sinsabores». Así, herido, Rodríguez-Pacheco arranca sin preámbulos, y alza la voz ante las dificultades vividas para lograr sacar adelante una misión de alto nivel internacional. Su trabajo significa la participación española en el top de la ciencia espacial, pica en Flandes: una bandera española va camino al Sol.
Han sido necesarios diez años de trabajo para dar forma a un artefacto que pasará a la historia de la astronomía: una nave observatorio que tiene como misión estudiar el Sol de cerca, y asomarse a lo nunca visto, los polos de nuestra estrella.
La Solar Orbiter lleva a bordo la carga científica más puntera que existe. De los diez instrumentos que porta, seis recogen fotones, es decir, son telescopios clásicos, y los otros cuatro hacen medidas in situ, alrededor de la propia nave. Tomará nota de campos eléctricos, campos magnéticos y saboreará millones de partículas que va encontrando en su ruta al Sol. Sabremos más de la estrella que nunca.
Es una misión épica, así que comienzo esta entrevista a Javier Rodríguez-Pacheco, líder del desarrollo de uno de los instrumentos más sofisticados de la nave, convencida de que al otro lado del Zoom iba a encontrar a un científico en sus mejores momentos. Sin embargo, Rodríguez-Pacheco destapa la caja de los truenos nada más darle al play de la grabadora:
“El tema de financiación ha sido una penuria. Si me preguntas cuál va a ser mi próximo proyecto, te diré que ninguno. A partir de ahora voy a dedicarme a hacer solo ciencia a partir de los datos que estamos recibiendo de la misión, y a divulgar estos resultados entre la sociedad y sobre todo entre los chavales jóvenes. Pero si me preguntan: ¿Me recomiendas ser científico? Les diré: Sí, pero si te quieres dedicar al “espacio” y mientras no cambien las cosas, hazlo fuera de España”.
¡Glub! ¿Dinero? Supongo
«Ahora tenemos que enfrentarnos a auditorias inquisitoriales en las que se nos presupone culpables y tenemos que mostrar nuestra inocencia».
Durante todo el desarrollo del instrumento nos pilló de lleno la crisis de 2008. A comienzos de la pasada década el Gobierno hizo una poda indiscriminada de todo lo que era inversión en ciencia y tecnología, sin mirar los brotes que estaban verdes y en flor y los que estaban secos. Para colmo, ahora tenemos que enfrentarnos a auditorias inquisitoriales en las que se nos presupone culpables y tenemos que mostrar nuestra inocencia. Pasamos casi más tiempo dedicados a mostrar que no somos sinvergüenzas que a hacer Ciencia. Es una pesadilla
¿En qué se tradujo esa poda? ¿Cómo os afectó?
«Estuvimos a punto de apagar el instrumento, porque no tenía personal que pudiese atenderlo«.
Hemos pasado momentos muy duros en estos 10 años, pero el pasado fue el más duro de todos. El dinero que había aprobado el Ministerio, una cantidad muy inferior a la que se pidió, cubría hasta diciembre de 2019, pero siguiendo directrices de la Agencia Estatal de Investigación tuvimos que prorrogar hasta junio de 2020. Cuando tienes contratadas a 5 personas, eso significa seis meses sin sueldos. ¿Cómo iban a vivir seis meses? Desde el momento es que tuvimos conocimiento de ello (más o menos a mediados de 2019), nos pusimos en modo ahorro total, era fundamental sobrevivir hasta que los fondos del siguiente proyecto llegasen a las arcas de nuestra Universidad.
El tiempo iba pasando y los fondos no llegaban. Estuvimos a punto de apagar el instrumento, porque no tenía personal que pudiese atenderlo. Mis colegas científicos de la misión estuvieron al corriente de estas penurias. Les dije que si no llegaba la financiación a tiempo tenía que tomar medidas drásticas. Tuve que dejar al personal imprescindible durante un mes, para no apagar la misión, pero el siguiente paso habría sido decir: “Señores, no tengo personal, desde España, apagamos”. No puedes dejar un instrumento en el espacio sin que nadie esté monitorizando lo que le está pasando, no es como dejar encendida la TV encasa”.
Parece que ahora hay un impulso desde el Gobierno para apoyar la ciencia, con un porcentaje del PIB mayor que nunca
Hay señales, pero no creo que sean suficientes. Hay que decir las cosas claras, cuando hablan del 1,2% de los presupuestos para la inversión en ciencia hay que tener en cuenta que una gran cantidad de esos fondos se destinan a modo de préstamos que tarde o temprano tienes que devolver, y no a financiación directa de los proyectos de investigación.
Eso funciona cuando estás en un país donde la ciencia ya ha madurado y hay empresas, spin off que pueden comprometerse con esas condiciones, porque de alguna forma obtendrán beneficios con su investigación, y podrán devolver el dinero. Pero aquí esto casi no existe, y en ciencia básica, menos. Por lo que esos fondos no se reparten, son devueltos y para colmo no revierten en investigación, pues no retornan al Ministerio.
«Nos hace falta, como el agua, una Agencia Espacial española»
¿Cómo se arregla esto?
Uno de los problemas que tiene hacer ciencia espacial en España es que nos hace falta, como el agua, una Agencia Espacial española. Un organismo que sepa cómo funcionan los proyectos espaciales (que tienen sus particularidades) y pueda, por ejemplo, responder a la ESA si hay cambios en los calendarios propuestos que supongan desarrollar más actividades que implican un coste adicional que no se había tenido en cuenta. Portugal ya tiene agencia espacial propia y se está pensado en Cataluña. Me daba mucha envidia ver a mi colega francés, cuando iba a las reuniones con sus dos jefes de proyecto, uno de su institución, y el otro de la Agencia Espacial Francesa, el CNES. Así, cuando surgían temas conflictivos que implicaban gastos adicionales, no era mi colega el que hablaba sino el portavoz de la agencia espacial francesa. No te haces una idea de lo que eso significa.
¿Una Agencia Espacial española?
«Muchos de nuestros dirigentes opinan que el crear esta agencia implica un gasto adicional, pero no hablamos de gasto, la ciencia y la tecnología ¡es inversión!».
Es algo que lleva hablándose hace mucho tiempo, pero nadie termina encajando las piezas, y es necesario convencer a nuestros políticos de que esto no es un lujo, es una necesidad. Muchos de nuestros dirigentes opinan que el crear esta agencia implica un gasto adicional, pero no hablamos de gasto, la ciencia y la tecnología ¡es inversión! y además la investigación espacial tiene sus particularidades, sus retos ante algo a lo que nadie se ha enfrentado. Desarrollar tecnología para una nave que observará al Sol desde una órbita nunca antes alcanzada es algo nuevo, y hay que poder seguir haciéndolo sin que te ahogues en el intento.
¿Te has ahogado en el intento, Javier?
Ser investigador y profesor tiene ventajas. Yo doy clases en un máster de la Universidad de Alcalá, único en España sobre investigación espacial, y ahora puedo contar toda la experiencia de alguien que ha estado en primera fila, encabezando un proyecto de la ESA y la NASA. Además, el instrumento que hemos desarrollado se pone como modelo dentro de las Agencias Espaciales de cómo hacer bien las cosas. Fuimos los primeros en entregar el instrumento para su integración en la misión espacial, los primeros en publicar el artículo que define nuestra instrumentación y seremos los primeros en publicar un artículo científico con los resultados de Solar Orbiter, más no se puede pedir.
El Detector de partículas energéticas EPD es uno de los instrumentos de medición in situ, del que Rodríguez-Pacheco es el investigador principal. Hay otro instrumento telescópico denominado SOPHI cuyo desarrollo ha codirigido el también español José Carlos del Toro.
“Así que llevamos una bandera española en la Solar Orbiter” dice Rodríguez-Pacheco.
¿Qué es el EPD, qué mide?
El EPD (Energetic Particle Detector) es un instrumento muy complejo compuesto por varios telescopios más pequeños desarrollados entre Estados Unidos, Alemania y España. Cada uno mide un tipo concreto de partículas, con distinta energía. No puedes tener solo un instrumento que mida todas las partículas (desde protones a núcleos de hierro) y todas las energías (desde el viento solar hasta partículas de rayos cósmicos). Así que cada uno lo ha desarrollado una institución distinta, pero todos liderados y coordinados por España.
¿Cuál es el principal objetivo de la misión? ¿Acercarse lo más posible al Sol?
«Nadie ha podido ver hasta ahora ver los polos del Sol con detalle. Esto es algo único».
No vamos a ser los que más nos acerquemos al Sol. La Parker Solar Probe de la NASA se acercará aún más que nosotros. Para que te hagas una idea, Solar Orbiter llega a 60 radios solares, NASA llegará con la Parker a 9: se van a meter directamente dentro de la corona del Sol. Pero Solar Orbiter hará algo que no puede hacer la Parker. Gracias a las ganancias de energía gravitacional que va a conseguir tras los encuentros con Venus, la Solar Orbiter se va a ir levantando sobre el plano de la eclíptica y vamos a poder observar los polos solares con detalle. Esto es algo único. Nadie ha podido ver hasta ahora los polos del Sol. Solo por decir: Vamos a explorar una región que nunca se ha observado de algo tan importante como nuestra estrella, te da una idea de la magnitud de la misión.
¿Qué esperas encontrar en los polos del Sol?
Tenemos varios modelos teóricos que intentan explicar los misterios del Sol. Estos modelos están “atados” por los resultados experimentales, es decir, todos deben explicar lo que medimos y resulta que en los polos del Sol no tenemos datos detallados, por lo que hay varios modelos compitiendo para explicar el mismo fenómeno. Así que ahora no podemos saber cuáles de esos modelos, desarrollados por los físicos teóricos, es el cierto. Cuando observamos las manchas solares, el fenómeno que hay detrás tiene que ver con corrientes de material que ascienden, se propagan por debajo de la superficie del ecuador hacia los polos y luego descienden. Es una especie de reciclaje magnético en la actividad del Sol. Estas corrientes de material que vemos que ascienden por latitudes bajas y empiezan a subir, cuando llegan cerca de los polos no sabemos qué ocurre con ellas. Ahora podremos observarlas.
¿Por qué vivimos un nuevo ciclo de más actividad en el Sol? ¿Por qué ahora es previsible que aumenten esas manchas solares durante 11 años?
Hay varias teorías que lo explican, pero todas se engloban en la teoría de dínamo. ¿Recuerdas las dinamos de una bicicleta? Había una ruedecita que al moverse producía una corriente eléctrica que encendía la luz. Esa ruedecita en el Sol son cantidades enormes de material cargado eléctricamente que se va desplazando. Cuando tienes cargas en movimiento se crean los campos magnéticos. Sabemos que hay una región en el Sol en la que la energía se transporta desde el núcleo, donde está el reactor termonuclear, hacia afuera, por un mecanismo radiativo (es decir, por fotones), y a partir de cierta región en el interior del Sol lo hace por un mecanismo convectivo, es como el agua en ebullición, es decir, a partir de ese punto la energía no se transporta por radiación sino por movimientos de material, por burbujas de material.
Las burbujas de material más calientes, menos densas, ascienden. Al enfriarse se hacen menos densas y descienden, vuelven a caer. En esa zona donde cambia el mecanismo, de radiación a convención, es donde sospechamos que se está cocinando todo. Los movimientos suelen ser más o menos cíclicos, por eso observamos un ciclo de 11 años de mayor intensidad que da paso a otro de menor intensidad. Ves las manchas, ves cómo sus lugares de aparición se van desplazando en latitud sobre el disco del Sol y luego las ves desaparecer cuando llega el mínimo solar.
Las primeras fotos de la Solar Orbiter que llegaron de los “fueguitos” en la superficie del Sol fueron impresionantes.
No hemos hecho aún las fotografías definitivas. Se harán con los telescopios de fotones, cuando estemos a 0,28 unidades astronómicas. Ahora estamos en la fase crucero, jugando con los planetas a modo de billar planetario para entrar en la órbita definitiva, y en noviembre de este año ya estaremos en la órbita estable y nos iremos acercando cada vez más. La Solar Orbiter llegará a 0,28 unidades astronómicas del Sol. Eso es muy cerca.
Si todo va como cabría esperarse, Solar Orbiter estará diez años enviando datos de lo que encuentre. ¿Tiempo para responder a todas las incógnitas?
Cuando cierras una puerta se abren diez ventanas. Una de las cosas que nadie esperaba de SOHO es que su coronógrafo, pensado para observar la corona solar, fuera uno de los instrumentos que más información ha dado sobre cometas de la historia de la humanidad (sin olvidar a Rosetta). Cuando lanzaron Cassini no se esperaba que al observar los polos de Saturno encontrara estructura hexagonales, porque nunca habíamos visto los polos de Saturno. Así que hay que estar abierto a todo lo que nos encontremos en el camino al Sol. Solo por decir: vamos a explorar una región que nunca se ha observado de algo tan importante como nuestra estrella, te da una idea de la importancia de la misión. Tienes que estar preparado para lo imprevisto.
Y cómo será su final, ¿caerá sobre el cielo de Galicia como una bola de fuego?
Permíteme que haga como las series de televisión, no puedo hacer un spoiler, pero lo cierto es que los guionistas no hemos llegado aún allí. Terminará de la forma que dé el máximo aprovechamiento científico. El destino final de la Solar Orbiter aún no está escrito.
¿Y el tuyo, Javier? Permíteme una pregunta de estudiante: ¿Cuál va a ser tu próximo proyecto? ¿Qué te parecería dirigir una agencia espacial española?
¡Uy, uy, uy! ¡En qué lío me quieres meter! No, no. Yo solo espero que los políticos sean conscientes de que las medidas económicas han de ir de ir un poco más allá de lo que van ahora, para que hacer ciencia en España no signifique morir en el intento.