El uso de la inteligencia artificial para leer la mente humana avanza. En esta ocasión, han entrenado a una IA para descubrir el rostro que consideras realmente atractivo. Es posible que ni tú sepas describirlo
La belleza está en el interior de cada cerebro humano, con sus subjetividades y sus preferencias, y han entrenado a una inteligencia artificial para detectar tus gustos, y darles forma generando un rostro que te resultará especialmente bello.
En este caso, lo que han logrado es extraer de lo más profundo de los pensamientos de los voluntarios de un experimento, el rostro que les resulta más atractivo, sus preferencias. Lo inquietante es que la IA acierta con tus gustos más allá de lo que tú mismo podrías describir. Lo malo es que se trata de personas que no existen.
La inteligencia artificial generó con los datos extraídos de cada voluntario rostros de mujeres y hombres, y tras mostrarlos entre otras fotografías, los rostros generados por la inteligencia artificial resultaron los elegidos por cada sujeto como los más bellos.
El trabajo lo han realizado investigadores de la Universidad de Helsinki y la Universidad de Copenhague y se ha publicado en Affective Computing.
Primero generaron rostros al azar, hasta crear algo parecido a la aplicación de contactos Tinder. El segundo paso fue mostrar estos rostros a los voluntarios del experimento mientras leían sus ondas cerebrales. De esta manera, consiguen “observar” reacciones que solo se aprecian si observas el cerebro por dentro, ya que en muchos casos son inconscientes.
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«El atractivo es un tema de estudio desafiante, ya que está asociado con factores culturales y psicológicos que probablemente juegan un papel inconsciente en nuestras preferencias individuales. De hecho, a menudo nos resulta muy difícil explicar qué es exactamente lo que hace que algo, o alguien, sea hermoso: la belleza está en los ojos del espectador «, dice Investigador principal y docente Michiel Spapé del Departamento de Psicología y Logopedia de la Universidad de Helsinki.
Qué prefiere tu cerebro
Inicialmente, los investigadores asignaron a una red neuronal la tarea de crear cientos de retratos artificiales. Las imágenes se mostraron a 30 voluntarios a los que se les pidió que prestaran atención a los rostros que encontraban atractivos mientras se registraban sus respuestas cerebrales mediante electroencefalografía (EEG).
«Funcionó un poco como la aplicación de citas Tinder: los participantes ‘deslizaron hacia la derecha’ cuando se encontraron con una cara atractiva. Aquí, sin embargo, no tuvieron que hacer nada más que mirar las imágenes. Medimos su respuesta cerebral inmediata a las imágenes», explica Spapé.
Los investigadores analizaron los datos de EEG con técnicas de aprendizaje automático, conectando datos de EEG individuales a través de una interfaz cerebro-computadora a una red neuronal generativa.
«Una interfaz cerebro-computadora como esta es capaz de interpretar las opiniones de los usuarios sobre el atractivo de una variedad de imágenes. Al interpretar sus puntos de vista, el modelo de IA que interpreta las respuestas cerebrales y la red neuronal generativa que modela las imágenes faciales pueden producir juntos una nueva imagen de la cara al combinar lo que una persona en particular encuentra atractivo», explica el profesor asociado de investigación y profesor asociado de la Academia Tuukka Ruotsalo , que dirige el proyecto.
Para probar la validez de su modelo, los investigadores generaron nuevos retratos para cada participante, prediciendo que los encontrarían más atractivos que el resto. Probándolos en un procedimiento de doble ciego, encontraron que las nuevas imágenes coincidían con las preferencias de los sujetos con una precisión de más del 80%.
«Demostramos que es posible detectar y generar imágenes basadas en propiedades psicológicas, como el gusto personal «, explica Spapé.
¿La Inteligencia Artificial sabe más de ti que tú mismo?
«Si esto es posible en algo que es tan personal y subjetivo como el atractivo, también podemos analizar otras funciones cognitivas como la percepción y la toma de decisiones. Potencialmente, podríamos orientar el dispositivo hacia la identificación de estereotipos o sesgos implícitos y comprender mejor las diferencias individuales «, dice Spapé.
Más información:
El vídeo explica con detalle el experimento.