Cuesta 2,5 millones de euros y está inspirado en los modelos de la marca que ganaron las 24 Horas de Daytona en 1967
Si hay modelos aspiracionales en el mundo del automóvil, el Ferrari SP3 Daytona es uno de ellos. Solo 599 personas podrán acceder a este modelo que forma parte de la división Icona de Ferrari, es decir, de una línea exclusiva que rinde homenaje a los grandes prototipos deportivos de la casa y al motor V12 central trasero que han elevado a la marca a la categoría de mito. Con sus 6.496 cc y 840 caballos de potencia es la mecánica más potente que jamás haya producido Ferrari.
Pero lo mejor de este coche es su aroma de leyenda porque evoca la gesta que Ferrari realizó en 1967 al ocupar las tres posiciones del podio en las 24 Horas de Daytona. Para conmemorar aquella victoria triunfal, la marca presentó en el Salón de París, apenas un año después un modelo, el Ferrari 365 GTB/4, al que desde el principio los aficionados llamaron Daytona. Hoy es una joya de coleccionista de valor incalculable. Desde entonces, la palabra Daytona es casi lo mismo que pasión inalcanzable para el común de los mortales.
Proyectos icónicos
Ahora llega al mercado el heredero de aquella tradición, el Ferrari SP3 Daytona, cuyas iniciales provienen de Special Project, mientras que el 3 responde al número de orden que este coche tiene dentro de la división Icona. Antes que él, Ferrari ya había dado a conocer también en el Salón del Automóvil de París los SP1 y SP2. El primero concebido como un monoplaza y el segundo diseñado para ir con copiloto, los dos con un motor V12.
El SP3 cuesta 2,5 millones de euros una cantidad que la mayoría de los mortales no ganará en su vida, pero que algunos pujan por desembolsar. La explicación está en la ansiedad que produce saber que en Ferrari hay más demanda que oferta y mucho más cuando se trata de modelos como el SP3 Daytona. Es verdad que Ferrari podría fabricar más coches, pero no están dispuestos a que su marca descienda del Olimpo de las divinidades y esta es una manera de conseguirlo. Ya lo decía Enzo Ferrari, fundador de la empresa, «venderé siempre un coche menos de lo que pida el mercado». La estrategia, hasta ahora, ha funcionado.
Pero tener un Ferrari como el SP3 Daytona o cualquiera de los de las series especiales limitadas tiene sus servidumbres. La primera es que, a pesar de lo que cuesta, Ferrari no ve con buenos ojos que se revenda este modelo. Su intención es que estas joyas exclusivas formen parte de la colección permanente de gente adinerada, no la negociación mercantilista de sus piezas. ¿Qué pasa si se traicionan esos principios? No es que exista esa lista negra de la que habla la leyenda, pero sí que se deja de tener preferencia a la hora de asignar nuevos modelo edición especial. Y eso no hace falta explicar lo que significa en una marca en la que la demanda es mayor que la oferta.
La segunda servidumbre
El segundo aspecto que debe considerar quienes puedan acceder a este coche es que el Ferrari SP3 Daytona no es un automóvil para conducir todos los días, sino para circunstancias muy especiales como la de tener contratado un circuito. Pero, a diferencia de otros vehículos que solo se usan de vez en cuando, este necesita ciertos cuidados como el estar enchufado mientras duerme en el garaje. ¿Por qué? El sistema de cableado se resetea automáticamente cada cierto tiempo para mantenerlo en óptimas condiciones y eso necesita energía.
Los propietarios del Ferrari SP3 Daytona pueden reservar un sitio en sus garajes para que esta tarea se lleve a cabo o encomendársela a la propia Ferrari. En ese caso, ellos custodian el coche y se lo llevan en una plataforma al cliente cuando lo vaya a necesitar. Eso sí, el servicio no es gratuito. Los precios parten de los 250 euros + IVA al mes según informan en Santogal Automóviles, las nuevas instalaciones que Ferrari tiene en Madrid.
Y si no eres de esos superafortunados que ya pueden sentir el rugido del V12 de este coche, tranquilo, quizá algún día sea tu turno.