Un informe de la Universidad de Delaware, comparando diferentes estudios explica las ventajas de usar máquinas o pesas en el gimnasio.
Algunas personas pueden preferir las máquinas porque los entrenamientos son guiados, ya que la máquina controla el movimiento del peso y tiene diagramas que explican cómo usarla. Sin embargo, las pesas son más similares a los patrones de movimiento de la vida real, que requieren los mismos tipos de fuerzas comunes en las actividades diarias y los deportes. Entonces, ¿cómo elegir el estilo de entrenamiento que se adapte mejor a nuestras necesidades? Cada opción tiene ventajas y desventajas que pueden ayudar a decidir, señalan los autores del informe.
Las pesas, al propiciar movimientos más libres, no solo se activan los músculos específicos para levantar el peso requerido, sino también los músculos de soporte, aquellos que ayudan a equilibrar nuestro cuerpo. Gracias a ello, el uso de pesas se traduce directamente en gestos de la vida diaria, como levantar las bolsas de la compra o descargar objetos pesados de un vehículo.
Además, las pesas son generalmente menos costosas de comprar y mantener que las máquinas, ya que solo requieren el peso real, no un gran equipo para guiar y aplicar el peso. Una vez compradas, también son más rentables que las máquinas, ya que carecen de piezas móviles que deban engrasarse o limpiarse o de cables que se pueden romper. Otra ventaja es que vienen en diferentes formas y tamaños, por lo que son más personalizables, ya que no existe un requisito de altura mínima o máxima y se pueden usar en diferentes movimientos para un mismo grupo muscular.
Sin embargo, las pesas requieren conocimiento de los diferentes tipos de ejercicios, así como información previa sobre cuán pesadas deben ser para los diferentes ejercicios con el objetivo de evitar lesiones y al mismo tiempo obtener resultados.
Por su parte, las máquinas son atractivas para los levantadores de pesas y atletas novatos y son muy fáciles de usar. El movimiento controlado guía a los usuarios a una forma perfecta y minimiza el potencial de lesiones. Además, son útiles para las personas lesionadas que todavía tratan de ejercitar las áreas ilesas pero no pueden mover pesas por el uso de músculos complementarios. Además, las máquinas permiten a los usuarios cambiar de peso rápidamente entre series, facilitando un entrenamiento más eficiente. Por último, los usuarios de máquinas rara vez precisan de alguien que les ayude a contener la carga.
Entre sus desventajas podemos citar el alto precio, significativamente mayor que las pesas y su limitada activación muscular complementaria, como el caso de los músculos estabilizadores. Además, las máquinas suelen aislar grupos de músculos individuales, lo que no facilita el entrenamiento explosivo, señala el informe. Y, en general, tampoco imita los movimientos del mundo real.
La conclusión, para los expertos, es que si lo que buscamos es un entrenamiento efectivo, en solitario y el dinero no es un obstáculo, las máquinas pueden ser la mejor opción . Pero si preferimos entrenar en grupo, vamos escasos de fondos, los investigadores sugieren inclinarse por las pesas. Ambos tipos de entrenamiento muestran resultados cuando se utilizan correctamente, pero es fundamental asegurarse de experimentar con ambas, máquinas y pesas, para encontrar el tipo de entrenamiento que funcione para cada uno.
Juan Scaliter