La lavanda tiene un poder relajante, ya sea desde los bordes de un prado hasta las bombas de baño y el suavizante de telas. ¿Pero por qué no se utiliza entonces en hospitales y clínicas? ¿Y cuál es la ciencia detrás de ese poder?
Un estudio publicado en Frontiers in Behavioral Neuroscience muestra por primera vez que el compuesto de lavanda vaporizado, el linalool, debe ser olido, no absorbido en los pulmones, para ejercer sus efectos calmantes. Este conocimiento podría usarse para aliviar el estrés preoperatorio y los trastornos de ansiedad.
La medicina moderna ha pasado por alto a estos aromas, a pesar de la necesidad de alternativas más seguras a los actuales fármacos ansiolíticos, como las benzodiazepinas.
Si bien son numerosas las investigaciones que confirman los potentes efectos relajantes de linalool, “las regiones de nuestro cuerpo donde se procesan, no han sido estudiadas en dichas investigaciones”, afirma Hideki Kashiwadani, líder del presente estudio.
Muchos asumieron que la absorción en el torrente sanguíneo a través de la vía aérea conduce a efectos directos sobre los receptores de las células cerebrales, como los GABA, también el objetivo de las benzodiacepinas. Pero establecer el verdadero mecanismo de los efectos relajantes de linalool es un paso clave para avanzar hacia el uso clínico en humanos.
El equipo de Kashiwadani analizó a ratones para ver si es el olor a linalool lo que desencadena la relajación. Los resultados mostraron esta hipótesis y confirmaron que el efecto ansiolítico no se producía en ratones anósmicos, sin neuronas olfativas, lo que indica que la relajación en ratones normales fue provocada por señales olfativas causadas por el olor a linalol.
Además, el efecto ansiolítico en ratones normales desapareció a los ratones se les bloquearon los receptores GABA sensibles a las benzodiazepinas.
“Nuestro estudio también abre la posibilidad de que la relajación observada en ratones alimentados o inyectados con linalool podría deberse al olor del compuesto emitido en su aliento exhalado – concluye Kashiwadani –. Estos hallazgos, sin embargo, nos acercan más al uso clínico de linalool para aliviar la ansiedad. En cirugía, por ejemplo, donde el tratamiento previo con ansiolíticos puede aliviar el estrés preoperatorio y, por lo tanto, ayudar a colocar a los pacientes bajo anestesia general de manera más relajada”.
Juan Scaliter