Con los cactus conviene mantener las distancias. No solo porque pinchen al tocarlos, sino porque, además, cuando las espinas se clavan en la carne, no resulta sencillo extraerlas. Ahora, un equipo de la Universidad de Illinois ha estudiado la microestructura de las espinas de estas plantas, y ha descubierto que son un arma perfecta.
Dichas espinas tienen funciones diversas. Proveen de sombra a la planta, la ayudan a recolectar agua de la niebla matinal… Pero, sobre todo, le sirven para mantener alejados a los depredadores. Los investigadores analizaron las púas de cuatro variedades distintas de cactus. Y descubrieron que son muy similares a las de los puercoespines.
Al estudiarlas al microscopio, los investigadores comprobaron que las espinas están formadas por capas dispuestas en una estructura similar a las de las tejas de una casa. Eso les permite por, un lado, penetrar en la carne y los tejidos, y adherirse a los músculos. De una forma tan efectiva, que en ocasiones no es posible extraerlas limpiamente.
Los investigadores probaron a clavar espinas de cactus en carne de pollo y de cerdo. Y el resultado mostró que con una sola espina se podía levantar una paletilla de cerdo de medio kilo. Y no solo eso. Al intentar extraerlas de los pedazos de pollo, las espinas desgarraron la carne antes de salir. Y en el caso de la de cerdo, se dejaron algunos fragmentos en su interior.
Fuente: ScienceDaily.
Vicente Fernández López
Hola disculpa, como se llama el articulo original, estoy haciendo un investigación y me interesa analizar este articulo afondo 😄😄