El toro más antiguo del mundo tiene un millón de años y ha sido descubierto en el yacimiento paleoantropológico de Buia en Eritrea, al lado del Mar Rojo. En concreto, se trata de los restos fósiles de un cráneo con dos metros de cuernos, mucho más largos que los de los toros mayores de lidia actuales.
Así lo han confirmado en la revista Quaternary International sus descubridores, entre los que se encuentra el paleontólogo Bienvenido Martínez-Navarro, del IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social).
Los investigadores encontraron fragmentado el cráneo, y una vez reconstruido, ha permitido describir una nueva especie, Bos buiaensis, tomando el nombre de la localidad donde fue encontrado. El hallazgo permite confirmar que homínidos y toros se originaron en el África del este y después se dispersaron en paralelo fuera de dicho continente.
Martínez-Navarro explica que el hallazgo es muy importante porque conecta directamente y de manera objetiva las formas de toros modernos con sus antepasados Pelorovis. Asimismo, liga el origen y evolución de los toros al mismo entorno geográfico y ecológico en qué se originó el género Homo.
Redacción QUO