Visto desde fuera, en que ambos pueden realizar acrobacias espectaculares. Pero, ¿podemos aprender algo de sus similitudes? Bueno… en cierto modo. Todos los vertebrados poseen minúsculas estructuras en sus oídos, llamadas canales semicirculares, que les ayudan a mantener el equilibrio incluso aunque estén cabeceando enérgicamente. Por eso los toros de rodeo pueden retorcerse salvajemente sin llegar a caer.

El principio genérico es que cuanto mayor sea la proporción entre el tamaño del canal y el peso corporal, mayor será la agilidad del animal. Pero esta regla no parece aplicarse a delifnes y ballenas. De hecho, resulta que los canales de los delfines mulares tienen el mismo tamaño que los de un ratón. «Algunos creen que al no haber ningún obstáculo que sortear en el océano, los delfines se las arreglan con canales diminutos«, afirma Timothy Hullar, un especialista en el oído (humano) de la Washington University de Sant Louis. «Pero los delfines son nadadores acrobáticos que pueden realizar barrenas y saltos, así que debe haber otra explicación». Para encontrarla, Hullar empezó por calcular el grado de sacudida de la cabeza de un delfín en el agua instalando un sensor que registra la rotación tridimensional en un tubo hermético, y obligándole a nadar con él. Hullar analizó entonces los movimientos de un toro de rodeo, igual de activo y de un tamaño similar, pero que posee canales bastante más grandes que los de un delfín. Hullar ató el tubo a los cuernos de toro y lo dejó cabecear.

Los movimientos de la cabeza arrojaron resultados similares, sugiriendo que los delfines lograban mantener el equilibrio mediante otros mecanismos. Hullar cree que los delfines y las ballenas tienen una piel más sensible que la de otros animales, y que las sensaciones cutáneas compensan el tamaño de sus canales. «Si el animal siente el agua deslizándose por su cuerpo de izquierda a derecha, quizá deduzca que está girando a la izquierda», dice.

«Aprender cómo los delfines mantienen erguida la cabeza puede ayudar a las personas que sufren pérdida de sensibilidad en el oído interno«, afirma Hullar. «Si los delfines pueden incrementar su equilibrio con su sentido al tacto, podríamos ayudar a los pacientes estimulando su percepción sensorial. Sería realmente magnífico si funciona tal como creemos».

Redacción QUO