En realidad, EV Lacertae es una estrella relativamente pequeña y bastante gris. Sin embargo, ha conseguido su merecido momento de gloria sin más esfuerzo que brillar. Más de lo que jamás habíamos visto brillar a un astro. Y además, tuvo el acierto de hacerlo justo cuando Swift, el satélite de la NASA, la tenía en su campo de visión. Ahora, los científicos podrán analizar con detenimiento todos los datos registrados. Por ahora han averiguado que la repentina erupción estelar fue miles de veces más intensa que las que suelen producirse en nuestro Sol.
Redacción QUO