Hace años, la Academia de Ciencias china lanzó unas semillas a pasearse por el espacio en un cohete. A la vuelta, las sembraron y descubrieron que las frutas y verduras que nacían de ellas eran mucho más grandes de lo normal. Ahora, la tercera generación procedente de esas semillas sigue siendo desmesurada: calabazas de 95 kg, berenjenas de 6 kg y tomates de 900 g. Lo que no han averiguado aún es la razón de tal fenómeno.
Redacción QUO