Uno de los principales porblemas de la energía solar es la carestía de los materiales utilizados para elaborar los colectores. Sin embargo, un grupo de estudiantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en EEUU, podría aportar una solución definitiva.
En una demostración realizada con éxito, han probado el prototipo de una placa de 3,6 metros de ancho, fabricada con elementos tan comunes como fragmentos de espejo y una estructura de tubos de aluminio de bajo coste. En su centro se sitúa otro tubo que termina con un serpentín de aluminio. Cuando los espejos reciben la luz solar concentran mil veces su intensidad y la lanzan hacia el serpentín. Ante tal oleada de calor, el agua que discurre por el interior del mismo se convierte en vapor inmediatamente. A gran escala, ese vapor podría utilizarse para alimentar calefacciones o aires acondicionados o para mover turbinas que generen energía eléctrica.
Para llegar ahí, estos estudiantes ya han creado una empresa para pasar a la fabricación en serie del sistema. Su mejor baza es que, con unos materiales tan comunes y baratos, este tipo de colectores pueden fabricarse en cualquier parte del planeta.

Pilar Gil Villar