La NASA está desplegando una red de cámaras inteligentes en Estados Unidos para conocer el origen de los meteoritos que llegan a la Tierra. Sus responsables calculan que alrededor de 100 toneladas de meteoroides (fragmentos de polvo y grava, y a veces incluso rocas más grandes) ingresan en nuestra atmósfera a diario, sin que se sepa con certeza de dónde provienen.

Las cámaras triangulan la trayectoria de las “bolas de fuego” y un programa informático especial, el ASGARD (All Sky and Guided Automatic Realtime Detection o Detección Automática en Tiempo Real Guiada en Todo el Cielo, en español) utiliza la información para calcular sus órbitas y enviar un mensaje por correo electrónico a William Cooke, jefe de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la NASA y a la web del programa, que se puede consultar de manera pública.

Gracias a este sistema, la NASA cuenta con un registro de todo gran meteoro que penetre en la atmósfera sobre algunas partes de EEUU. En otras redes de meteoros similares, la tarea de analizar los datos recabados por las cámaras y calcular órbitas debe hacerse manualmente, un proceso que resulta muy tedioso.

De esta manera, el programa es capaz de calcular si el meteoro impactará contra la Tierra y puede determinar el lugar del impacto con buena precisión. Muchos de ellos caerán al océano o en lugares recónditos, pero los que se logren recuperar podrán ofrecer información sobre su origen. “Sería como enviar una misión de recolección de muestras pero sin costo”, señala Cooke.

Las tres primeras cámaras de la red, que tienen cada una el tamaño de una máquina expendedora, están ya en funcionamiento. El equipo de Cooke desplegará pronto 15 más al este del río Missisipi, y el objetivo es expandirse por todo el país. Por ello, sus responsables están buscando escuelas, centros científicos y planetarios dispuestos a alojar sus cámaras. Si quieres ver un video de «la caza» del meteorito» aquí tienes uno.

Redacción QUO