Como era de esperar, Einstein tenía razón. Como predijo en su teoría de la gravitación (teoría general de la relatividad), la NASA ha podido comprobar que existe un vórtice en el espacio-tiempo alrededor de la Tierra y que su forma, coincide con las predicciones que en su día hizo el genio de la física, Albert Einstein. Según el investigador principal de la misión Gravity Probe B., Francis Everitt –Universidad de Standford– «el espacio-tiempo alrededor de la Tierra está siendo distorsionado exactamente como lo predice la relatividad general».
La teoría de la relatividad general:
Si recurrimos a la teoría de Einstein, veremos que su genial idea fue suponer que la gravedad (presente en cualquier parte y momento de nuestro Universo) está íntimamente ligada al espacio y al tiempo. El genio alemán propuso, que el nexo de unión bien podría ser la geometría: «lo que ocurre, es que, en presencia de una masa, el espacio-tiempo se deforma, de modo que cualquier otra masa nota ese espacio deformado, y se ve obligada a seguir trayectorias diferentes a cuando estaba el espacio sin deformar (sin ninguna masa).»
Pero… ¿qué significa eso de la deformación del espacio?
Pues que el espacio toma una geometría distinta de la que estamos habituados, a la que se denomina espacio euclidiano o plano. En un terreno no-euclidiano las cosas pasan de diferente forma: la línea más corta entre dos puntos puede ser una curva (y no una recta como en el espacio euclidiano) o dos paralelas se corten en un punto o infinitos.
¿Y el tiempo-espacio?
El tiempo-espacio, según la teoría de la relatividad de Albert Einstein, están entrelazados y forman un tejido de cuatro dimensiones al que llamamos «espacio-tiempo». La masa de la Tierra crea una «hendidura» en este tejido, similar a lo que ocurre cuando una persona con un peso elevado se sitúa en el centro de una cama elástica. Según el científico alemán, la gravedad es simplemente el movimiento de los objetos que siguen las líneas curvas de la hendidura.
Si nuestra Tierra se mantuviese parada, sería el final de la historia. Pero no es así. Nuestro planeta gira en torno a sí mismo, y ese giro debería torcer levemente la hendidura hasta que consiga hacer de esta un remolino en 4D.
La ratificación del trabajo de un genio
Según uno de los gran expertos en el trabajo de Einstein, Clifford Will, de la Universidad de Washington, «este resultado es grandioso, ya que formará parte de los libros de texto cho uno de los experimentos clásicos en la historia de la física».
La idea es sencilla: colocarán un giroscopio en órbita alrededor de la Tierra, con el eje de giro apuntando hacia alguna estrella en la distancia para que sirva como punto fijo de referencia. Dado a que está libre de fuerzas extremas, el eje del giroscopio debería continuar apuntando, en todo momento, hacia la estrella. Pero si el espacio resulta estar torcido, la dirección en la que apunta el giroscopio debería cambiar con el paso del tiempo. Al registrarse este cambio de dirección referente a la estrella, será posible poder medir las variaciones del espacio-tiempo.
Pero… aunque la idea sea sencilla, el experimento, en la práctica, no es tan fácil de realizar, ya que han tenido que inventar tecnologías radicalmente nuevas para hacerlo posible, como la perfección de los giroscopios que irán en las GP-B (sondas de gravedad), las cuatro esferas más perfectas realizadas por el hombre.
Realizar esta clase de experimento es un desafío excepcional, pero tras estar capturando datos un año y echarle más de 5 años de análisis, los investigadores parecen haberlo conseguido: «medimos una precesión geodésica de 6,600 más o menos 0,017 segundos de arco y un efecto de arrastre de marco de 0,039 más o menos 0,007 segundos de arco», informa Everitt. «En la opinión del comité que presido, este esfuerzo fue verdaderamente heroico. Nos hemos quedado boquiabiertos», dice Will.
Para aquellos menos expertos en relatividad: La precesión geodésica es el bamboleo producido por la masa estática de la Tierra (la hendidura en el espacio-tiempo) y el efecto de arrastre de marco es el bamboleo debido al giro de la Tierra (la torcedura del espacio–tiempo). Ambos valores coinciden precisamente con las predicciones de Einstein.
Redacción QUO