Un equipo de astrónomos de la Universidad de Columbia ha utilizado el Telescopio Espacial Hubble de la NASA y el Telescopio Espacial Kepler para reunir pruebas de la existencia de una luna orbitando un planeta gigante de gas a 8.000 años luz de distancia.

En un artículo publicado en Science Advances, el equipo liderado por David Kipping, informan que la detección de una exoluna, es decir, lunas orbitando planetas en otros sistemas estelares, es inusual debido a su gran tamaño, comparable al diámetro de Neptuno. Estas lunas gigantescas no existen en nuestro propio sistema solar, donde se han catalogado casi 200 satélites naturales.

“Este sería el primer caso de detección de una luna fuera de nuestro sistema solar – explica Kipping en un comunicado –. Si se confirma por las observaciones de seguimiento del Hubble, el hallazgo podría proporcionar pistas vitales sobre el desarrollo de los sistemas planetarios y podría hacer que los expertos revisen las teorías de cómo se forman las lunas alrededor de los planetas”.

Al buscar exolunas, los investigadores analizaron datos de 284 planetas descubiertos por Kepler que estaban en órbitas comparativamente amplias, con períodos de más de 30 días, alrededor de su estrella anfitriona. Las observaciones midieron la atenuación momentánea de la luz estelar cuando un planeta pasaba frente a su estrella, un evento llamado tránsito. El equipo de Kipping descubrió, en Kepler 1625b, anomalías intrigantes: pequeñas desviaciones y oscilaciones en la curva de la luz que les llamó la atención. El telescopio Hubble también proporcionó evidencia de apoyo para la hipótesis de la luna al señalar que el planeta comenzaba su tránsito 1,25 horas antes de lo previsto. Esto es consistente con la presencia de un sistema planeta/satélite orbitando en un centro de gravedad común, lo que haría que el planeta se tambalee.

Se estima que la nueva luna tiene solo un 1,5 % de la masa de Kepler 1625b (que es entre 6 y 11 veces más grande que la Tierra). Este valor es cercano a la relación de masa entre la Tierra y la Luna, lo que haría que el nuevo satélite sea más grande que nuestro planeta. .

Juan Scaliter