Si nos fijamos con detalle, veremos que nuestra vida se compone de varias predicciones en serie realizadas por nuestro cerebro. Sabemos cuando la tostada hará su salto olímpico de la tostadora, al igual que dos segundos antes de que suene el microondas, ya estaremos mentalmente escuchando su clic. Nuestro cerebro es una pequeña máquina de hacer predicciones, y según han averiguado los neurocientíficos americanos de la Universidad de San Luis, lo hace muy pero que muy bien.
El equipo de San Luis, liderados por el neurocientífico cognitivo Jefrey Zacks ha identificado el área del cerebro que tiene esa función de clarividencia. Esa región es además la que se ve más dañada en los enfermos de Alzheimer. Para la investigación, los neurocientíficos pidieron al grupo de voluntarios que visionaran películas en las que había escenas habituales de la vida cotidiana, tales como limpiar la casa, el trabajo, etc. Los investigadores paraban la reproducción y solicitaban a los participantes que les dijeran que creían que iba a pasar cinco segundos después ¿el resultado?: los voluntarios acertaban en un 90% de los casos.
Ni que decir tiene que Zack ya ha descartado con este descubrimiento que la clarividencia o el futuro se adivinen por la técnica que los tarotistas afirman emplear. Según declaró el científico para BBC: «Cuando hablamos de predecir el futuro, la mayor parte de las veces pensamos en saber qué va a pasar con los acontecimientos de Trípoli o si el próximo huracán va a llegar a nuestra región, y en eso somos bastante malos. Pero en lo que somos buenos, es en predecir qué va a pasar en el cortísimo plazo, en los próximos dos o tres segundos».
El hallazgo de que este área cerebral coincida con la zona más afectada de enfermos de Alzheimer es interesante: «La interrupción de estos procesos podría jugar un papel en enfermedades neuropsiquiátricas en las que la desregulación del flujo de dopamina está implicada, como la esquizofrenia o el Parkinson». Incluso también podría ser útil para poder anticiparse a la enfermedad y hacer diagnósticos más fiables.
Redacción QUO