Dependiendo de donde vivamos, el zumbido de un mosquito cercano puede ser una molestia o puede ser mortal. En todo el mundo, más de 500 millones de personas padecen enfermedades transmitidas por los insectos que se alimentan de sangre, incluida la malaria, la fiebre del dengue, el zika y cada año se atribuyen casi un millón de muertes a enfermedades transmitidas por mosquitos.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Arizona, liderados por Jun Isoe, han descubierto una proteína en los mosquitos que es fundamental para el proceso de producción de huevos viables y podría allanar el camino para el “control de la natalidad de los mosquitos”. Cuando los investigadores bloquearon selectivamente la actividad de la proteína, que denominaron Factor 1 de la Cáscara de Huevo, o EOF-1, en mosquitos hembra, los insectos pusieron huevos defectuosos, lo que llevó a la muerte de los embriones.
En el estudio, publicado en PLoS Biology, el equipo demostró que EOF-1 solo existe en los mosquitos. Por lo tanto, cualquier medicamento desarrollado para hacer que la proteína sea disfuncional, solo afectaría a los mosquitos y no a otros organismos.
Los autores tienen la esperanza de que este avance ofrezca una manera de interrumpir la formación de huevos de mosquitos y reducir su población en las áreas de transmisión de enfermedades humanas, sin dañar a los insectos beneficiosos como las abejas.
De las casi 3.500 especies de mosquitos, tres géneros se destacan como portadores de enfermedades humanas: los del género Aedes transmiten los virus de la Fiebre Amarilla, el Dengue, el Chikungunya y el Zika. El virus del Nilo Occidental se propaga por los mosquitos Culex; y los mosquitos anófeles son portadores de malaria. Para asegurarse de que la interrupción de EOF-1 no fuera específica de los mosquitos criados en el laboratorio, Isoe lo probó en una cepa de mosquitos Aedes aegypti y descubrió que sus huevos se vieron afectados de manera similar.
Juan Scaliter