La luna más grande de las 15 que posee Neptuno se llama Tritón, la cual fue descubierta por el astrónomo británico William Lassel el 10 de octubre de 1846, tan solo 17 días después de que el planeta sobre el que orbita fuese descubierto. Es uno de los astros más fríos del sistema solar (-235ºC), se encuentra situado a 4.500 millones de kilómetros del Sol y es el único satélite natural que tiene una órbita retrógrada, es decir, contraria a la rotación del planeta. La última vez que hemos tenido la oportunidad de estudiar de cerca Tritón fue el 25 de agosto de 1989, cuando la sonda Voyager 2 de la NASA pasó por la zona. Esto permitió calcular con mejor precisión su diámetro (unos 2.706 km) y encontrar 5 de las lunas que no se conocían. Una de ellas fue Proteo, la segunda más grande después de Tritón y que apenas tiene 420 km, unas 6.5 veces más pequeña.

Después de 30 años, los astrónomos quieren saber más y la NASA ha anunciado su intención de mandar una misión que se acerque a esta luna para estudiarla mucho más detenidamente que la anterior vez y valorar la posibilidad de que albergue algún tipo de vida. Bajo el nombre de Trident, la agencia espacial americana quiere comprobar de primera mano si sus cálculos pueden estar equivocados y que sea un lugar habitable. El líder de esta propuesta es el director del Instituto Lunar y Planetario de Houston, Louise Prockter, quien asegura que está a la espera de que su proyecto sea aprobado. Un punto positivo es que sería low cost: «Apenas costaría lo mismo que una pequeña misión a la Luna». Y eso que la distancia es ampliamente superior.

Pero no sería el único destino. La nave espacial también visitaría la luna de Júpiter IO, el satélite más cercano al planeta, y la tercera en tamaño de las 69 que tiene. Y también será un buen momento para detenerse a estudiar en su camino a Venus, ya que han pasado casi 20 años desde que la nave espacial Cassini-Huygens visitó el segundo planeta desde el Sol.

Con la mejora de la tecnología, los encargados del proyecto están seguros de que los resultados serán mucho más precisos. Así lo cree el científico líder del proyecto, Karl Mitchell, «estaremos comparando imágenes captadas por el Voyager 1989, que fue construido con tecnología de principios de los 70, esencialmente una cámara de televisión adjunta a una máquina de fax», según apuntaba al Times.

Estaremos atentos…

Fuente: Futurism

Alberto Pascual García