En 1926, H. P. Lovecraft publicó La llamada de Cthulhu, allí describe una criatura con cabeza de pulpo o calamar y cuerpo hinchado.

Casi cien años más tarde, un grupo de científicos, liderados por Imran Rahman y Jeffrey Thompson, han descubierto un fósil excepcionalmente conservado que ha permitido obtener nuevos conocimientos sobre la evolución temprana de los Holothuroidea (como los pepinos de mar).

Los expertos han creado una reconstrucción mediante ordenador en 3D del fósil de 430 millones de años: Los resultados, publicados en Proceedings of the Royal Society B, señalan que se trata de una nueva especie a la que bautizaron Sollasina cthulhu debido a su parecido con los monstruos del universo de Cthulhu, concebido por Lovecraft.

Si bien el fósil tiene solo 3 cm de ancho, sus muchos tentáculos lo habrían hecho parecer amenazador a los ojos de otras pequeñas criaturas marinas que convivieron con él. Los científicos especulan que utilizaba los tentáculos para capturar alimentos y arrastrarse sobre el fondo marino.

La reconstrucción en 3D permitió a los paleontólogos visualizar un anillo interno, que interpretaron como parte del sistema vascular y que también eran parte del sistema digestivo y locomotor de este animal.

Sollasina pertenece a un grupo extinto llamado los opiocistioides – explica Rahman en un comunicado –, y este nuevo material proporciona la primera información sobre las estructuras internas del grupo. Esto incluye una forma de anillo interior que nunca se había descrito anteriormente. Interpretamos esto como la primera evidencia de las partes blandas del sistema vascular del agua en los opiocistioides”.

“En el estudio – concluye Thompson –, realizamos una serie de análisis para determinar si Sollasina estaba más relacionada con los pepinos de mar o los erizos de mar. Para nuestra sorpresa, los resultados sugieren que era un pepino de mar antiguo. Esto nos ayuda a comprender los cambios que se produjeron durante la evolución de este grupo, que en última instancia dio origen a los pepinos de mar con formas de babosas que vemos hoy «.

Juan Scaliter