Encélado es una de las lunas de Saturno. Se encuentra a 2.000 millones de kilómetros de distancia de la Tierra y tiene un diámetro de 500 kilómetros. En él hay criovolcanes, géiseres y un océano muy antiguo debajo de su corteza helada con un fondo marino no muy diferente al de la Tierra, cuyos misterios pueden empezar a descifrarse a partir de su último hallazgo: reúne las condiciones necesarias para albergar algún tipo de vida. Así lo ha revelado un estudio liderado desde el Instituto de Investigación del Suroeste (SwRI), en Texas, después de valorar los datos obtenidos por la sonda Cassini, un proyecto conjunto de la NASA y la Agencia Espacial Europea lanzado en 1997 para explorar Saturno y sus anillos, cuya misión ha finalizado.
Durante estos 20 años de expedición, la sonda Cassini ha tomado muestras de los materiales que emanaban de la superficie de Encélado sobrevolando el satélite y atravesando las fumarolas que brotan de sus geiséres. Los gases captados podrían proceder de chimeneas hidrotermales que existirían en el fondo de un océano líquido sobre el que existe una capa de hielo de varios kilómetros de espesor.
Según los resultados publicados por los científicos del SwRI en la revista Nature, Encélado sería uno de los dos cuerpos del Sistema Solar con más probabilidades de albergar seres vivos. Por las fisuras de su superficie se expulsan grandes moléculas orgánicas ricas en carbono e hidrógeno -necesarias para la vida. “Con anterioridad solo habíamos identificado las moléculas orgánicas más simples, unos pocos átomos de carbono, pero todavía era un misterio”, explica en un comunicado uno de los coautores del estudio, Christopher Glein.
La presencia de dióxido de carbono e hidrógeno, en concentraciones bastante más altas de lo que se pensaba, y un nivel de Ph similar a la Tierra lleva a Lucas Fifer, uno de sus autores, a asegurar que los microbios vivos podrían encontrar aquí un auténtico banquete químico. También podría haber altas concentraciones de amonio, que también es un combustible potencial para la vida.
“La presencia de grandes moléculas complejas, junto con agua líquida y actividad hidrotermal, refuerza la hipótesis de que el océano de Encélado puede ser un ambiente habitable para la vida. Con moléculas orgánicas complejas que emanan de su océano interior, esta luna es el único cuerpo, además de la Tierra, que satisface todos los requisitos básicos para la vida tal como la conocemos”, añade.
La nueva información sobre la composición del océano de Encélado brinda a los científicos una mejor comprensión de la capacidad del mundo oceánico para albergar vida, algo decisivo para continuar la exploración. Glein prefiere mantener cautela, aunque no puede evitar su entusiasmo al pensar que “la síntesis biológica de moléculas orgánicas en Encélado es posible”. Los investigadores presentarán su trabajo en la conferencia de astrobiología AbSciCon2019.
Marian Benito