Cada año, el Museo Real de Greenwich lleva a cabo su concurso para hallar la mejor fotografía astronómica. Estas son algunas de las que se han presentado en la edición de 2019.

Descubierta por el astrónomo australiano Colin Stanley Gum, la nebulosa Gum se compone principalmente de hidrógeno rojo y oxígeno doblemente ionizado azul. Está relativamente cerca a 450 años luz nuestro. La imagen fue tomada por Eddie Trimarchi del Museo Marítimo Nacional.

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Eddie Trimarchi del Museo Marítimo Nacional

No una sino un mosaico de nueve fotografías en las que se puede obsevar varias nebulosas famosas, como las de Orión y Cabeza de Caballo. En la parte inferior izquierda, hay un reflejo de la nebulosa M 78, también conocida como NGC 2068. El anillo circundante es la nebulosa de emisión conocida como el Bucle de Barnard.

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Raul Villaverde Fraile/Royal Observatory Greenwich

Sí, es obvio el título de esta imagen: En lo profundo del corazón de Mordor. Se trata de la nebulosa NGC 7293, también conocida como la nebulosa de la Hélice. Su geometría es sorprendentemente compleja ya que incluye filamentos radiales y bucles externos extendidos. Es uno de los ejemplos más brillantes y cercanos de una nebulosa planetaria, una nube de gas creada al final de la vida de una estrella similar al Sol.

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Andrew Campbell / Museo Marítimo Nacional

La Nebulosa del Hombre Corriendo o del Corredor se encuentra a unos 1.500 años luz de la Tierra. Es un complejo sistema de nebulosas cuyo nombre proviene de la similitud con una persona que camina o corre a través del espacio.

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Steven Mohr / Museo Marítimo Nacional

La galaxia Escultor está a unos 11 millones de años luz de distancia, en la constelación de Escultor. Se caacteriza por la alta tasa de formación de estrellas y porque su núcleo central es una fuente de rayos x y gamma.

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Bernard Miller y Martin Pugh / Museo Marítimo Nacional

Una luna de titanio, ese es el título que le ha puesto Miguel Claro a esta imagen de la Luna. En ella ha aumentado color ligeramente para revelar otro aspecto de la Luna. Las diferencias en la constitución química de la superficie lunar y los cambios en el contenido mineral pueden producir variaciones sutiles de color en la luz reflejada. Los tonos azules que se pueden ver en los mares, como el Mar de la Tranquilidad o el de la Fertilidad.

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Miguel Claro / Museo Marítimo Nacional

Una aurora boreal como un ave fénix, retratada en Islandia por Wang Zheng (Foto por Wang Zheng / Museo Marítimo Nacional)

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Wang Zheng / Museo Marítimo Nacional

Juan Scaliter