Muy a pesar de la parálisis oficial, clausura de edificios federales y despidos por cierre del Gobierno que ha sufrido Estados Unidos y cómo de gravemente ha afectado esta situación a las investigaciones y proyectos de la NASA, hay cosas que han resultado, por fortuna, imparables. Una de ellas es el lanzamiento de un cohete Atlas 5 que transportará a la cápsula Maven (Mars Atmosphere and Volatile Evolution) hasta el planeta rojo ¿Su objetivo? Averiguar cómo con el paso de los milenios Marte perdió gran parte de su atmósfera.

Un largo viaje

La NASA, que dio luz verde a este proyecto en 2010, ha señalado que es muy probable que el lanzamiento se efectúe hoy a las 18.28 GMT. Según los cálculos de los meteorólogos existe un 60 por ciento de probabilidades de que las condiciones sean propicias para que Maven salga según lo previsto desde la Estación de Fuerza Aérea en Cabo Cañaveral (Florida, EEUU). En el caso de que no haya luz verde y la meteorología u otro problema no permitiese el despegue, disponen de una ventana de lanzamiento que se extiende hasta el próximo 7 de diciembre o, como mucho, el 15 de enero. Si tampoco fuese posible en este plazo, habría que esperar 26 meses para la correcta alineación de la Tierra y Marte.

Si el lanzamiento no sufre retrasos se calcula que la cápsula llegará al planeta rojo a mediados de septiembre de 2014. Una vez allí, su misión se centra en estudiar la atmósfera marciana e intentar responder a algunas preguntas clave para los investigadores, como por ejemplo, saber qué provocó que nuestro planeta vecino perdiese su atmósfera inicial.

Una cápsula muy bien equipada

La misión, que costará alrededor de 500 millones de euros, no ha escatimado en equipar a Maven con todo lo necesario. Según han explicado los científicos de la NASA, la sonda desplegará en un año más de ocho instrumentos para poder estudiar la atmósfera superior de Marte y el viento solar, el torrente de partículas solares que ha despojado al planeta rojo de la mayor parte de su atmósfera. Eso sí, por razones técnicas y de presupuesto no se le ha incluido ninguna cámara como a Curiosity. Lo más cercano es una IUVS, ya que han preferido centrarse únicamente en el objetivo atmosférico.

Maven, a diferencia de la india Mangalyaan y la futura sonda europea ExoMars, no podrá detectar la existencia de metano dado que no va equipada para ello y tampoco es su objetivo principal.

La cápsula también servirá como estación de relevo para las comunicaciones entre la NASA y sus dos robots exploradores en Marte, el Opportunity y el Curiosity. Una función que hasta ahora cumplía el satélite Mars Odyssey, lanzado en 2001, y el Mars Reconnaissance Orbiter, lanzado en 2005. Dado que todos los robots están funcionando a la perfección, Maven hará de suplente de éstos el primer año. Una vez allí, podría seguir operativa durante más de una década.

La teoría de los expertos

Hace milenios la atmósfera del planeta rojo habría sido 100 veces más densa que la nuestra. Ahora tiene sólo el 1% de grosor de la atmósfera terrestre. Según dos estudios publicados este verano en Science gracias a los datos recogidos por el Curiosity, el planeta podría haber perdido su atmósfera en alguna clase de catástrofe o colisión desconocida hace unos 4000 millones de años. Según Paul Mahaffy, científico de la NASA y autor de uno de los estudios: «Esto no resulta sorprendente. Hace unos 4.000 millones de años, los planetas estaban siendo bombardeados por todo tipo de impactos que formaron los cráteres en la Luna y Marte. Es muy posible que este periodo tan activo en nuestro Sistema Solar causase la desaparición de su atmósfera».

Redacción QUO