Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos, inyectaron células humanas en crías de ratones. Así los roedores crecieron con un cerebro que es parte humano. Estos híbridos son mucho más inteligentes que sus hermanos de acuerdo con las pruebas de memoria y conocimiento efectuadas por los científicos.
Aunque el experimento puede parecer a simple vista el argumento de una película de ciencia ficción, la realidad es que este tipo de estudios permite que los expertos estudien enfermedades neurodegenerativas directamente en un organismo en lugar de hacerlo simplemente en células en una placa petri. Gracias a ello obtendrán un conocimiento sobre las condiciones en las que este tipo de dolencias se desarrollan y progresan.
El experimento, publicado en The Journal of Neuroscience, comenzó aislando células gliales inmaduras de origen humano. Estas son una de las principales responsables de la formación del sistema nervioso junto a las neuronas. Luego se inyectaron estas células en el cerebro de ratones recién nacidos. En menos de un año, las células gliales humanas habían proliferado de tal modo que habían desplazado en gran medidas a las células “originales” y solo dejaron de reproducirse por una cuestión de espacio. Debido a que las células humanas son mucho más eficientes en la coordinación de señales y crean hasta 100 veces más conexiones, el cerebro del roedor potenció notablemente sus capacidades. Aunque eso no lo haya hecho más humano.
Redacción QUO