Según las teorías de formación de planetas aceptadas hasta ahora, los gigantes gaseosos, como Júpiter y Saturno, no podrían existir en sistemas solares similares al nuestro. La fuerza gravitatoria de los anillos de gas que los rodeaban durante su proceso de formación debería haberlos lanzado a sus estrellas respectivas. Sin embargo, el astrónomo argentino Pablo Benítez-Llambay y sus colegas han descubierto por qué eso no fue así. En un estudio publicado en la revista Nature explican que la energía que libera el material que va añadiéndose al embrión de un planeta calienta y aligera sobre todo el gas situado en su cara más alejada de la estrella. Eso provoca que su órbita se vaya alejando de esta cada vez más. Por eso los gigantes gaseosos existen y están siempre relativamente alejados de sus astros.
EL DATO: 10 es el número de masas terrestres que necesita un planeta para empezar a acumular gas
Pilar Gil Villar
La clave está en cuánto somos capaces de predecir de la pieza, y hasta qué…
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…