Cerca de un 30% de la población mundial está infectada, de modo crónico, por el parásito Toxoplasma gondii. La mayoría de ellos convive con este protozoo sin efectos notables, pero puede producir graves consecuencias en aquellas personas con el sistema inmunitario deprimido, como quienes sufren de VIH o se encuentran bajo tratamiento de quimioterapia. También las mujeres embarazadas pueden transmitir la infección a sus hijos, con un alto riesgo de daños neurológicos.

La toxoplasmosis, la enfermedad provocada por este parásito, afecta al cerebro causando cambios en la conducta del huésped, pero los científicos no sabían exactamente cómo lograba el Toxoplasma gondii, cruzar la barrera hematoencefálica, la frontera que impide que muchas sustancias tóxicas lleguen al cerebro, permitiendo que pasen nutrientes y oxígeno. Hasta ahora. Por primera vez, un grupo de científicos de la Universidad de Pensilvania han descubierto la estrategia utilizada por el parásito. Mediante microscopía de fluorescencia multifotón, una tecnología para estudiar en profundidad un tejido sin dañarlo, lograron iluminar el recorrido del Toxoplasma gondii hacia el cerebro: infecta las células endoteliales del cerebro y así obtiene “un visado» para cruzar la berra hematoencefálica.

El hallazgo, publicado en Nature Microbiology, permitirá crear técnicas más efectivas para combatir los efectos de este parásito. La Universidad de Pensilvania ha publicado un vídeo en el que se exhibe el descubrimiento.

Juan Scaliter