Miles de millones de años atrás un objeto que formó parte de la semilla del sistema solar, salió despedido y comenzó un giro que lo llevó hasta la nube de Oort. Allí guardó toda la información geológica de aquellos convulsos tiempos. Y ahora regresa con esos “relatos”.
El objeto, un cometa de tipo S, habitualmente formados en el cinturón interior de asteroides, pero a diferencia de muchos de sus compañeros no está hecho de hielo y debido a su periplo ha conservado en su interior características geológicas que podrían brindar importante información sobre el origen del sistema solar.
Quienes lo han detectado han sido los miembros el equipo del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawaii dirigidos por Karen Meech. El hallazgo ha sido posible gracias a la luz que refleja el cometa, cuyo nombre oficial es C/2014 S3 (PANSTARRS). En un artículo publicado en Science Advances (Inner Solar System Material Discovered in the Oort Cloud) especulan que en lugar de ser un objeto contemporáneo se trataría de un cuerpo rocoso de gran antigüedad. Como tal podría conservar en su interior la materia que formó el sistema solar.
“Ya conocíamos muchos asteroides – explica Meech en un comunicado – pero todos estuvieron durante miles de millones de años muy cerca del Sol, lo que les hizo perder mucho material. Este, en cambio, es el primero que llega desde un sitio tan lejano y cuyo material ha sido preservado en el mejor congelador posible”.
El C/2014 S3 (PANSTARRS) fue analizado gracias al telescopio VLT (Very Large Telescope) del Observatorio Austral Europeo (ESO) y tiene un período orbital de unos 860, lo que sugiere que proviene de la Nube de Oort

Juan Scaliter