La influencia de la Luna fue objeto de estudio por parte del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital de Cruces, en Vizcaya. Después de cuatro años de seguimiento, no se registró ninguna variante de interés entre los partos durante unas fases u otras. Y se llegó a la conclusión de que la variación del parto es un fenómeno aleatorio y que depende más del azar que de otro tipo de factores. Son abundantes los ensayos que detectan el fraude de los horóscopos. En 1968, por ejemplo, la revista francesa Science et vie encargó a una empresa de pronósticos y estudios que elaborara un perfil sobre diez criminales a partir de sus datos de nacimiento (fecha, hora y lugar) mediante un programa de ordenador del Centro Internacional de Astrología. Una de las personas seleccionadas fue el médico Marcel Petiot, ejecutado en 1946 por el asesinato de 27 personas y popular por la crueldad de sus métodos. Sin embargo, su horóscopo le definió como: “Bien adap­tado socialmente, imbuido de decencia y dotado de profunda moralidad, notable por su sensibilidad hacia el ser humano”, además de otras lindezas. Aún más sorprendente fue que la publicación ofreció esta misma carta astral a 135 personas, haciéndoles creer que se trataba de una carta personal. El 94% de los “beneficiados” se identificó con su contenido, o sea con la personalidad del malvado doctor Petiot. En un experimento, el psicólogo francés L. H. Couderc se hizo pasar por astrólogo y recibió a 200 personas. Sin saberlo, todas recibieron el mismo horóscopo, y todas le felicitaron por su clarividencia. Algo parecido hizo en 1948, el psicólogo Bertram R. Forer. Repartió un test de personalidad a sus estudiantes y luego un supuesto análisis a partir de sus respuestas. En una escala de 0 a 5, los participantes puntuaron a su profesor con un 4,26. Aún no sabían que el análisis había sido el mismo para todos. Lo que demuestran estas pruebas es que sigue vigente el llamado “efecto Forer”, que nos hace asumir como propias descripciones tan vagas, ambiguas y poco comprometidas como las que llenan nuestro horóscopo a diario. Precisamente, ahí radica el hechizo de la astrología por los siglos de los siglos…

Signo del gemelo
En 1958, más de 2.000 bebés británicos nacidos a principios de marzo en varios hospitales con una diferencia de pocos minutos fueron seguidos durante años por un equipo médico. La idea era comprobar si los astros ejer­cían la misma influencia sobre ellos. Con el tiempo, los llamados “gemelos del tiempo” no mostraron ninguna similitud, querencia o rasgo común que permitiera ratificar la fuerza del destino. Incluso se ha desmentido la creen­cia popular de la relación entre el número de partos y las fases lunares.

Redacción QUO