“Los bebés humanos nacen mucho más inmaduros que los de otras especies – señala Celeste Kidd,en un comunicado de su universidad –. Por ejemplo, las crías de jirafa son capaces de ponerse de pie, caminar e incluso huir de depredadores pocas horas después de nacer. En comparación, los bebés humanos no pueden ni siquiera mantener sus propias cabezas”.
Kidd, junto a Steven Piantadosi, ambos del departamento de Ciencias Neurocognitivas de la Universidad de Rochester, han desarrollado un nuevo modelo evolutivo en el que señalan que el desarrollo de la inteligencia podría estar impulsado por las demandas de los recién nacidos.
«Nuestra teoría – señalaPiantadosi – es que hay una especie de ciclo de auto-refuerzo en los cerebros grandes que conducen a una descendencia muy prematura y la descendencia prematura, a su vez,conduce a que los padres tengan grandes cerebros. “.
Básicamente la idea es que como los seres humanos tenemos cerebros relativamente grandes, los bebés deberán nacer en etapas tempranas del desarrollo, mientras sus cabezas son todavía lo suficientemente pequeñas para pasar por el canal de parto. Pero eso hace que sean vulnerables durante mucho más tiempo que otros primates, algo que, según esta teoría requiere padres inteligentes. Como resultado, las presiones selectivas para grandes cerebros y nacimiento prematuro pueden convertirse en auto-refuerzo, creando especies como los humanos con capacidades cognitivas cualitativamente diferentes a las de otros animales.
Piantadosi y Kidd idearon un modo de relacionar la inmadurez de los recién nacidos con la inteligencia general. «Lo que encontramos – afirma Piantadosi – es que el tiempo de lactancia es una medida de predicción de inteligencia de los primates mucho más acertada que la mayoría de las utilizadas, incluyendo el tamaño del cerebro”.
Para los investigadores, una de las claves es la viviparidad, completar el desarrollo embrionario dentro del vientre materno, en contra de la oviparidad.“Hay teorías alternativas de por qué los humanos son tan inteligentes – concluye Kidd, autora del estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences –. Muchas se basan en factores como vivir en un entorno complejo o la caza en grupos.Nuestra teoría explica detalladamente por qué los primates han desarrollado súper inteligencia, mientras los dinosaurios, que se enfrentaron a las mismas presiones ambientales no. Los dinosaurios maduraban en huevos, así que no existía vinculo entre la inteligencia y la inmadurez del bebé al nacer”.

Juan Scaliter