A finales de 2015 el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore y el Instituto Conjunto de Investigación Nuclear (JNR) en Dubna, Rusia, realizaron el descubrimiento de dos nuevos elementos químicos: el 115, 117. Por su parte el Laboratorio Nacional Oak Ridge, la Universidad Vanderbilt y la de Nevada se sumaron a los anteriores para hallar el 118.
A ellos se les suma el 113, responsabilidad del RIKEN Nishina Center for Accelerator-Based Science (Japón). Ahora la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) ha abierto un período de aceptación y comentarios sobre los nombres propuestos para estos elementos.
Y las propuestas son la siguientes. El 113 podría conocerse como Nihonium (Nh) ya que Nihon es una de las dos formas de decir «Japón» en japonés. El nombre tiene sentido ya que es el primer elemento descubierto en un país asiático.
Provisionalmente el 115 ha recibido el nombre de Moscovium (Mc), una suerte de homenaje a la importancia de esta ciudad, y particularmente del JNR en el campo de la química.
Tennessine (Ts) es como será conocido el elemento 117, si es aprobado. La elección es un reconocimiento a la contribución del estado de Tennessee (donde se ubican la Universidad Vanderbilt y la de Tennessee) a la investigación en elementos superpesados.
Finalmente el elemento 118 será conocido como Oganesson (Og), un homenaje a Yuri Oganessian, director del JNR. t
La elección de los nombres, que debe ser puesta a examen durante un período de tiempo antes de su ingreso oficial en la tabla periódica, tienen relación, según explica la IUPAC http://iupac.org/elements.html con un concepto o personaje mitológico, un mineral (o sustancia similar),un lugar o zona geográfica o un científico.
En un comunicado del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, su directora Dawn Shaughnessy, explica que “estamos muy orgullosos del arduo trabajo que estos grupos han realizado a lo largo de años. Es un enorme logro ser reconocido por nuestros esfuerzos y por el tiempo que toma crear un nuevo elemento químico”.
Con estos nuevos elementos se completaría la séptima fila de la tabla periódica y llegaría la evidencia de una de las grandes dianas perseguidas por la ciencia: la isla de estabilidad, una idea propuesta hace ya medio siglo y que anticipaba que se podrían crear elementos transuránicos mucho más estables que otros.
Juan Scaliter