A 7.500 años luz de distancia la nebulosa Carina ha mostrado nuevos encantos gracias al uso del instrumento MUSE (Explorador Espectroscópico Multi Unidad por sus siglas en inglés). Se trata de enormes estructuras en forma de pilares que hay en el interior de esta región (formada principalmente por gases). Previamente se conocían los Pilares de la Creación, en la nebulosa del Águila, pero estos parecen ser únicos y han sido bautizados con su antónimo: Los Pilares de la Destrucción, un nombre que explica su belleza.Una de las primeras consecuencias de la formación de una estrella masiva es que comienza a destruir la nube en la que nació lanzando enormes cantidades de radiación ionizante. El problema es que es muy difícil obtener evidencias de la interacción de las estrellas con su entorno.

Para conseguirlo, un equipo liderado por Anna McLeod, utilizó la avanzada tecnología de MUSE, un espectroscopio capaz de crear miles de imágenes simultáneas, pero con una longitud de onda de luz diferente. Gracias a ello los expertos pueden saber la composición química y las propiedades físicas de una determinada región, en este caso, la nebulosa Carina.

Los astrónomos analizaron la radiación y descubrieron que cuanto mayor es esta, más aumenta la disipación de los pilares. Si bien esto podría convertirse en un parricidio cósmico, estrellas masivas que “mata” a sus creadores, los científicos especulan, en un estudio publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society que la radiación y los vientos estelares de las estrellas masivas en realidad ayuden a crear puntos más densos dentro de los pilares que luego puedan acabar formando estrellas.
Fuente: ESO

Juan Scaliter