Cuando el neurólogo Oliver Sacks tenía apenas diez años comenzó a coleccionar elementos de la tabla periódica. Muy pronto comenzó a pedir como regalo de cumpleaños el elemento que correspondiera a los años vividos. El último que recibió fue plomo, el elemento 82. “Bismuto es el elemento 83. No creo que llegue a ver mi 83 cumpleaños – aseguraba en un editorial en el New York Times– (…) Y casi seguro no veré mi 84 polonio aniversario, ni quiero tener polonio a mi alrededor, con su intenso brillo asesino”.

Sacks nunca llegó a su elemento 83 y se quedó lejos de completar la tabla periódica con sus 118 miembros de la familia química. Pese a ello, su iniciativa provocó un interés nuevo entre el público general y la química. Comenzamos a interesarnos por saber para qué sirve cada elemento más allá del litio de las baterías, el flúor en la pasta de dientes, el helio de los globos o el potasio de los plátanos. Pero hay vida más allá del elemento 70. Con esto en mente Keith Enevoldsen ha creado una tabla periódica interactivaque revela el uso cotidiano de elementos tan poco mencionados habitualmente como el osmio, el hafnio o el prometio.

Existe también una versión lista para descargar en formato pdf y quienes quieran una versión a gran escala también pueden comprarla aquí https://web.archive.org/web/20160423003905/http://www.cafepress.com/wlonkshop

De los 118 elementos solo falta el uso cotidiano de 15, elementos con una vida de apenas microsegundos que solo se utilizan en investigación, como los recientemente descubiertos, como el moscovio, oganesón otenesino.

Juan Scaliter