Ocurre a menudo que las modas tienen la virtud de llevarnos a los extremos. Un ejemplo de ello son las pistas de pádel o las de patinaje sobre hielo: hubo una época en la que solar vacío se transformaba en alguno de estos recintos. Y hasta había quienes los unían, pádel sobre hielo,para sacar más rédito. En el campo de la nutrición esto también es muy habitual. El vino pasó de estar mal visto a que cualquiera te hablara de las propiedades del resveratrol, los polifenoles y el terroir o el bouquet. Hoy ocurre lo mismo con la cerveza, lo que nos lleva a escuchar diatribas infumables sobre lúpulos, levaduras y la cantidad de espuma que debe tener una caña para ser perfecta.

En la actualidad, la que está sufriendo el balancín de la moda es la cultura de la hidratación. Si a principios de los años 1970 se desanimaba a los corredores de maratón a beber, por miedo a que esto perjudicara su desempeño, ahora hay que hidratarse aunque no tengamos sed. Este nuevo mantra es uno de los grandes éxitos de la industria de bebidas deportivas, que factura 61 mil millones de dólares anualmente y que se basa en afirmaciones como que “el mecanismo de la sed humana es un indicador inexacto a corto plazo de las necesidades de fluidos. Desafortunadamente, no hay una clara señal fisiológica de que nos estemos deshidratando”, según un informe de medicina deportiva, firmado por un tal Bob Murray…director del Instituto de Ciencias del Deporte Gatorade.

La intromisión no es extraña ya que una investigación realizada por el British Medical Journal ha descubierto que las compañías de bebidas patrocinan a científicos para realizar investigaciones sobre la hidratación. Un ejemplo de ello es un estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Bath, que señala que agregar azúcar en una botella de agua antes de un gran evento deportivo podría ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. El problema es que este estudio fue financiado por Sugar Nutrition UK y Suikerstichting Nederland (organizaciones vinculadas al gremio del azúcar en el Reino Unido y Holanda respectivamente y que uno de sus autores era consultor para PepsiCo y para Lucozade & Ribena Suntory,fabricante entre otras bebidas de V Energy).
Y es que muchas de las afirmaciones sobre las bebidas deportivas se repiten a menudo sin referencia a ninguna evidencia. Una revisión del British Medical Journal examinó 1.035 páginas web sobre bebidas deportivas e identificó 431 afirmaciones vinculadas a la mejora del rendimiento deportivo en un total de 104 productos diferentes. Más de la mitad no proporcionaban referencias y del resto la otra mitad, el 84% citaba estudios considerados de alto riesgo de sesgo.

Y es que las bebidas deportivas y energéticas han demostrado tener efectos secundarios nada deseables. Por ejemplo se las ha vinculado a la diabetes de tipo 2, problemas para dormir, baja salud dental debido a la cantidad de azúcar y hay un estudio, publicado en PLOS ONE,
que las relacionan con lesiones cerebrales traumáticas en adolescentes, asegurando que “el consumo de bebidas energéticas podría interferir con los esfuerzos de recuperación. Los adolescentes que fueron diagnosticados por una lesión cerebral traumática en el último año, tuvieron siete veces más probabilidades de haber consumido al menos cinco bebidas energéticas en la semana anterior que aquellos que no tenían antecedentes”.

Aún más importante, a medida que las bebidas deportivas aumentan en popularidad entre los niños, pueden estar contribuyendo a los niveles de obesidad, algo preocupante teniendo en cuenta las cifras de sobrepeso infantil en todo el mundo. Una botella de 500 ml de una bebida deportiva contiene habitualmente unos 20 g de azúcar, aunque algunas llegan a los 73 gramos (casi 15 sobres de azúcar). Un ejemplo a seguir en este sentido es el que relata el doctor en Ciencias Químicas, José Manuel López Nicolás, en su blog Scientia: “Lituania, acaba de prohibir tanto la venta de bebidas energéticas a menores de 18 años como también la publicidad en todos los medios a los que tengan acceso los menores de edad.El gobierno lituano, tras analizar un estudio elaborado por Canadean que sitúa a Lituania como el mayor consumidor de bebidas energéticas en la zona del Báltico, y vistos todos los estudios que asocian a estos productos con graves patologías, también ha decidido prohibir su venta en eventos deportivos, cines, teatros y todos aquellos lugares a los que puedan ir los menores”.

La realidad es que los estudios centrados en los efectos que produce en deportistas, se han hecho con atletas habituados a entrenar varias horas al día, no solo un par a la semana.Por lo tanto no nos convertirán en superatletas.Y, por si fuera poco, también debemos empezar a confiar más en nuestro cuerpo y sus avisos que en los de la publicidad. Un estudio reciente demostró que los ciclistas de larga distancia que confiaban en su sed a la hora de reponer líquidos, seguían la mejor estrategia.

Juan Scaliter