La desintegración de partículas es un proceso en el que una partícula subatómica se transforma en otras. Cuando esto ocurre, cada “nueva” partícula debe tener menos masa que la original, pero se debe conservar la masa del sistema. Algunas partículas inestables tienen varias formas de desintegración y cada una de estas tiene una probabilidad.
Una de esas partículas es el mesón B0. Los mesones son partículas compuestas de dos quarks y este, específicamente, está formado por un antiquark fondo y un quark abajo. Y se desintegra otro mesón, un kaón y otras partículas (muones o electrones).
De acuerdo con el Modelo Estándar de física se puede establecer la probabilidad de un modo bastante preciso, con la que los mesones B se desintegren en muones. Pero un reciente estudio realizado en el Gran Colisionador de Hadrones, en el experimento belleza, más conocido como LHCb, no se encontró con los resultados esperados: la probabilidad era menor.

De acuerdo con el comunicado del CERN “Si bien es potencialmente emocionante, la discrepancia con el Modelo Estándar se produce en el nivel de 2,2 a 2,5 sigma, que aún no es suficiente para llegar a una conclusión firme. Sin embargo, el resultado es intrigante porque una medición reciente por LHCb que involucra un decaimiento relacionado mostró un comportamiento similar”. Los niveles sigma, básicamente, indican cuantas desviaciones encajan en los extremos de un modelo. Como explica el astrofísico Rhodri Evans, estar entre 2,2 y 2,5 sigma, es una fiabilidad de entre el 98,6% y el 99,4%, lo que parece mucho, pero para los parámetros científicos aún no es suficiente.
“Si las nuevas mediciones – concluye el comunicado – apuntan verdaderamente a una física más allá del Modelo Estándar, la segunda ronda de experimentos será suficiente para confirmar los resultados”.

Juan Scaliter