Aprender idiomas o habilidades musicales es algo relativamente sencillo cuando se es un niño, pero a medida que pasan los cumpleaños esa capacidad disminuye dramáticamente. Ahora un grupo de expertos del Hospital de Investigación Infantil St. Jude han descubierto que restringir la actividad de un químico en el cerebro ayuda a ampliar el aprendizaje durante más tiempo.
Liderados por Stanislav Zakharenko, los científicos demostraron que limitar la función del neuromodulador adenosina en el tálamo auditivo preservaba la capacidad de ratones adultos para aprender de la exposición pasiva a sonidos, igual que aprenden los niños pequeños de los sonidos de su mundo.
El tálamo auditivo es una región del cerebro que, como su nombre indica, está involucrada en la audición: allí se recoge el sonido y se envía a la corteza auditiva para su procesamiento. El tálamo auditivo depende del neurotransmisor glutamato para realizar esta comunicación. Investigaciones previas habían demostrado que la adenosina reducía los niveles de glutamato. Los resultados del estudio, publicado en Science, demuestran también que existe una relación entre la inhibición de adenosina con la reducción de la plasticidad cerebral y el final del aprendizaje auditivo eficiente.
«Al interrumpir la señalización de adenosina en el tálamo auditivo – explica Zakharenko en un comunicado –, hemos ampliado la ventana para el aprendizaje auditivo durante el período más largo que sepamos hasta ahora mucho más allá del período crítico habitual en ratones, es decir bien entrada la edad adulta. Estos resultados ofrecen una estrategia prometedora para extender la misma ventana en seres humanos para adquirir un nuevo idioma o habilidades musicales, posiblemente mediante el desarrollo de fármacos que bloqueen selectivamente la actividad de la adenosina».
Juan Scaliter