Las células cancerosas pueden albergar una gran variedad de errores genéticos, desde pequeñas mutaciones hasta intercambio de ADN entre cromosomas. Si un error anula un gen crítico, una célula cancerosa lo intentará compensar ajustando la actividad de otros genes, desarrollando de este modo una dependencia de esos ajustes para sobrevivir.
La identificación de estas dependencias proporciona oportunidades para que los científicos adquieran una visión más profunda de la biología del cáncer y determinen nuevos objetivos terapéuticos. Un nuevo estudio, realizado por expertos del MIT y Harvard, liderados por William Hahn, ha logrado crear el primer mapa en el que figuran más de 760 genes de los cuales se sirve el cáncer para crecer y sobrevivir.

De acuerdo con el estudio, publicado en la revista Cell, muchas de estas “dependencias» son específicas de ciertos tipos de cáncer, pero hay un 10% que son comunes a muchos de ellos, lo que sugiere que las terapias dirigidas a este pequeño número de “amistades”, puede tener un gran impacto en la lucha contra esta enfermedad.
En total se analizaron más de 500 líneas celulares que representaban más de 20 tipos de cáncer y se estudió el silenciamiento de más de 17.000 genes para identificar aquellos vinculados a la dependencia de las células cancerosas.

Sorprendentemente, más del 80% de las dependencias estaban asociadas con la expresión de un gen, mientras que las mutaciones (el destino más frecuente de los fármacos), representaban solo el 16%.“No podemos decir que hemos encontrado todo – explica Hahn en un comunicado –, pero sí que los genes que estamos viendo se ubican en un número relativamente pequeño de compartimentos. Esta primera taxonomía constituye un gran punto de partida para la construcción de un mapa completo de las debilidades del cáncer. Creo que estamos cerca del final de la búsqueda de genes que están mutados o afectados en el cáncer. Es una gran oportunidad, porque significa que tenemos muchas vías hasta ahora sin explorar para comprender esta enfermedad”.
Aquí un gif donde se pueden observar los vínculos de los genes afectados con los distintos tipos de tumores

Juan Scaliter