Su despacho es pequeño, como los de muchos profesores universitarios. Sin embargo desde allí han salido algunos hallazgos importantísimos en el campo de la paleogenética a nivel mundial.Carles Lalueza Fox analiza ADN antiguo. En sus manos ha tenido huesos de neandertales, de cazadores mesolíticos, de supuesta sangre de reyes, de poblaciones vikingas. Ahora reconstruye la historia biológica de las poblaciones de la Península Ibérica desde hace 8.000 años. El único retrato en todo el despacho es la recreación de un hombre de León que vivió hace 7.000 años. Tenía unos bonitos ojos azules.

Gracias a usted sabemos el aspecto de los neandertales que vivieron en España.Fue uno de sus primeros trabajos importantes.

Cuando conseguimos el ADN de aquellos neandertales en 2005 fue como pisar la luna.En la cueva del Sidrón, en Asturias se encontraron trece individuos que habían sido canibalizados por otros. Debió de desatarse una tormenta que arrastró los restos a la cueva y quedaron protegidos. Vimos que era un grupo familiar. Era pelirrojos y tenían la piel clara. Del Sidrón y a partir de la genética, podemos deducir comportamientos sociales, como que se intercambiaban las mujeres mientras que los hombres permanecían en el grupo en el que habían nacido.

¿A nosotros nos queda algo genéticamente de aquellos neandertales?

Todos los humanos modernos tienen un 2,5% de genes de neandertales. Los primeros hombres que salieron de África iban hacia un ambiente con un clima diferente, con patógenos que no conocían. Tienes grandes desafíos adaptativos. En cambio los neandertales estaban adaptados desde hacía años. Cuando los dos se cruzaron, se seleccionaron genes que favorecían la supervivencia de esas poblaciones que salían de África,genes ventajosos.

«Un español actual tiene en sus genes un 50% de neolíticos, un 30% de mesolíticos y un 20% de las estepas»

¿Podría concretarme con qué están relacionados esos genes?

Es complejo, pero algunos estudios ven una relación con el metabolismo de los lípidos, con el colesterol. Tenían una dieta muy carnívora y los genes que entonces eran beneficiosos, ahora podrían ser perjudiciales. Ellos tenían una vida muy dura y difícilmente llegaban a los 30 años.

¿Qué más nos cuenta El Sidrón?

Evidencias, por ejemplo de los tratamientos. En el diente puede quedar ADN de lo que ingieres y encontramos cosas que no son estrictamente dieta. Hemos secuenciado manzanilla o corteza de sauce, de donde viene el ácido salicílico.

Otro de sus trabajos fue con el hombre de La Braña. Debió ser toda una sorpresa analizar los restos de un hombre que vivió hace 7.000 años en León y descubrir que tenía los ojos azules.

Los ojos azules y la piel oscura. Aquel trabajo fue una gran aventura. Éramos un equipo pequeño y los grandes centros de investigación internacionales competían a la carrera por obtener el primer genoma de un hombre europeo del Mesolítico.

Y ustedes llegaron primero…

Sí, y al poco otros presentaron el suyo.

«Trabajo en la reconstrucción de la historia biológica de la Península desde hace 6.000 años hasta hoy»

Esos estudios posteriores de otros países nos dicen que también tenían el mismo aspecto.

En Europa Continental tenemos datos de individuos de León, Suiza, Luxemburgo, tres de Rumanía, uno de Italia y algunos escandinavos. Todos tienen el mismo genotipo, son muy parecidos y están emparentados. El más antiguo proviene de Italia y tenía unos 13.000 años. Eran poblaciones pequeñas de cazadores recolectores que entran en Europa después del Máximo Glacial (unos 20.000 años)

También ha secuenciado el primer genoma de los agricultores que llegaron a Europa desde Oriente Medio.

Existen dos rutas. Una que va por el Danubio hacia centro Europa y otra que recorre la costa del Mediterráneo.Arqueológicamente se ve cómo se desplaza por el Adráitico, costa italiana, Francia y entran en Cataluña. De la ruta mediterránea el nuestro es el primer genoma secuenciado, de la central había varias. Trabajamos sobre los restos encontrados en Cova Bonica (Vallirana, Barcelona)

¿Y las dos rutas se corresponden genéticamente?

Sí. Desde hace años los arqueólogos trabajan con hipótesis sobre si lo que se produce es movimiento de gente o de ideas, si se copian las culturas. Analizando genéticamente a las personas que están junto a las piezas de cerámica o enseresllegaremos a una visión más integradora de la información antropológica y la genética. Ahora sabemos que había mucho más movimiento de gente de lo que se pensaba, incluso en la Edad de Bronce. Por ejemplo, hay una fuerte sustitución de la población neolítica británica por otra que viene desde el continente. En cambio con la cultura campaniforme deducimos lo contrario, lo que se mueve son las ideas, se copian estilos.

¿Pero en general?

En general hay más migración. Las migraciones han sido mucho más importantes en la construcción de las poblaciones actuales de lo que se pensaba.

¿Cómo eran esos pioneros de la agricultura que llegaron a Barcelona?

Buscan terrazas fluviales donde cultivar. Nos costó más de trabajar porque estaba más degradado. Genéticamente está relacionado con las poblaciones de Oriente Medio. Trabajamos sobre los restos de una mujer de piel clara y ojos oscuros.

Justo al revés de los cazadores de León. Debieron pegarse un susto cuando se encontraron, tan diferentes.

Sí, seguramente, porque sólo conocían a humanos como los de su grupo. En las muestras que tenemos del Neolítico medio, hay más proporción del cazador recolector local. A medida que los pioneros entran en la península se cruzan con los anteriores que poco a poco van despareciendo, pero su sustrato queda. Prueba de ello es que hay individuos con los ojos azules. Esta parte del genoma viene del paleolítico.

¿Qué le queda de ambos a la población española actual?

La genética ha cambiado el paradigma de las poblaciones puras.En Europa se producen tres grandes migraciones que debemos imaginar como las capas de un pastel. Todos tenemos proporciones algo diferentes de cada una. Tras los cazadores como el hombre de la Braña llegaron los agricultores como la mujer de Vallirana en el Neolótico. Después, en la Edad del Cobre llegaron tribus nómadas de las estepas de Asia Central y volvieron a superponerse. Es una nueva visión. Poblaciones puras como antes llamábamos a la nórdica o la mediterránea no existen.Ya no hay hombres mesolíticos como el de León, pero parte de su genoma permanece en nosotros, como permanece un poco de cada uno de los otros.

¿Qué proporción de cada uno tendrían los españoles actuales?

Un 50% de neolíticos, un 30% de mesolíticos y un 20% de las estepas.

¿Y por aquello de los ojos azules en el norte de Europa habría más proporción de mesolíticos como el hombre de León?

En cierta medida sí.

¿Cómo es ahora tu trabajo?

En los últimos años se ha convertido en una tarea más computacional. Desde hace diez años estamos secuenciando de forma masiva. Antes era todo más artesanal. Mis estudiantes son gente que programa y analiza. Un día abres un link y te han llegado mil millones de secuencias.

Antes era más manual.

Tenías que recuperar pequeños fragmentos que ibas solapando. Era mucho trabajo en el laboratorio para obtener un pequeño trocito de gen. Ahora el gran desafío es cómo gestionar el volumen de información. Entramos en el big data. Estoy con un proyecto que cuando acabe tendremos unas 80 teras de información. No podemos ponerlo en ningún servidor. Han pasado sólo tres años desde que publiqué el primer mesolítico y ahora cualquier publicación de prehistoria europea tiene 200. Hay restos hallados durante 150 años de excavaciones y que ahora pueden analizarse.

De todas formas, la habilidad de extracción de la muestra sigue siendo importante.

No se crea. Ahora podemos distinguir las auténticas de las contaminadas. Sabemos que las auténticas se degradan con un patrón discernible al final de la secuencia. No, ahora lo importante es la gestión de los datos. En una semana de trabajo en el laboratorio puedes generar un billón de secuencias que te puede llevar un año analizar.

¿En qué está trabajando en este momento?

En un gran proyecto de estudio de la población de la península Ibérica durante los últimos 8.000 años. Tenemos genotipados unos 200 individuos de todos los periodos. Desde el Mesolítico,a romanos, musulmanes, visigodos. De todas las épocas. Hasta una esclava musulmana del África subsahariana.Observamos cómo cambia la población desde el punto de vista genético, cómo se superpone y cómo genera las poblaciones actuales.

Acabará haciendo como un árbol genealógico.

Durante los próximos diez años crearemos conexiones entre individuos vivos con individuos del pasado. Podremos rastrear fragmentos cromosómicos concretos, variantes raras que nos permitan decir, este trozo ha ido a parar a este individuo. Conectar el pasado con el presente de esta forma es fascinante.

A lo mejor hasta encuentra mis ancestros…

Por supuesto, todos estamos conectados entre nosotros y con el pasado. Todos llevamos en nuestro genoma un montón de antepasados y sabremos cada trocito de qué antepasado deriva.

Igual somos primos y no lo sabemos.

Seguro, aunque quizá primos 14 o así. A partir de primos terceros lo que compartes es poquísimo , sobre un 1%.

Será interesante descubrirlo.

PUEDES VER EN ESTE VÍDEO LA ENTREVISTA COMPLETA:

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Redacción QUO