El aumento en la basura plástica en el océano y en las playas está matando a las tortugas de todas las especies, con un impacto desproporcionado en las crías y las tortugas jóvenes, según muestra la investigación de la Universidad de Exeter. En total, el estudio, publicado en Endangered Species Research, habla de cerca de mil. Para llegar a esta conclusión, los autores, liderados por Brendan Godley, realizaron una encuesta entre científicos que trabajan o viven en las regiones habitadas por estos animales (en total 43 países). Las cifras muestran que el 91% de las tortugas enredadas se hallaron muertas y el resto se veían afectadas en mayor o menor medida: heridas graves por enredo, lo que les causaba mutilaciones, amputaciones o asfixia. Las que sobreviven deben llevar la basura pegada a ellos toda la vida.
El 84% de los 106 expertos consultados en las costas del Atlántica, Pacífico, del Caribe, Mediterráneo e Índico, dijeron que habían encontrado tortugas enredadas en la basura, incluidos desechos plásticos y equipos de pesca perdidos o sin vigilancia.
«La basura plástica en los océanos, incluidos los artilugios de pesca perdidos o desatendidos que no son biodegradable, representan una gran amenaza para las tortugas marinas – concluye Godley –. Descubrimos que más de 1000 tortugas mueren cada año por esta causa, pero esto es casi seguro una subestimación. Las tortugas jóvenes y las crías son particularmente vulnerables. También hay que tener en cuenta que no todas las tortugas muertas se arrastran a las playas. De hecho tampoco figuran las que sí llegan y, según nos relatan los expertos entrevistados, son usadas como comida por lo locales”.
Juan Scaliter