En 2015, en España se diagnosticaron poco más de 6.900 casos de cáncer de páncreas. Pero, de acuerdo con la Asociación Española de Cáncer de Páncreas, en los próximos 15 años, las cifras aumentarán un 40%.
Aunque el 75% de los pacientes con cáncer de páncreas muere en los 12 primeros meses del diagnóstico, alrededor del 7% vive más de cinco años. “Si pudiéramos entender porqué algunas personas viven varios años con esta enfermedad tan agresiva – explica Ronit Satchi-Fainaro,de la Universidad de Tel Aviv (TAU) y líder del estudio publicado en Nature Communications – podríamos desarrollar una nueva estrategia terapéutica”.
El estudio aporta nuevos conocimientos sobre las razones de una supervivencia prolongada entre pacientes con cáncer de páncreas: una correlación inversa entre el oncógeno (gen capaz de provocar un tumor) PLK1 y el miR-34a, un supresor tumoral. El estudio puede servir como base para el desarrollo de un medicamento para el tratamiento del cáncer de páncreas y también de otros tipos de tumores.
El equipo de Satchi-Fainaro analizó las células de este tipo de cáncer en ratones y descubrió que los niveles de miR-34a eran bajos en los ratones con cáncer de páncreas, mientras que el oncógeno presentaba índices elevados. Esta correlación es normal en un cáncer tan invasivo.
Para intentar evitar esta correlación, los científicos crearon una nanopartícula que administra selectivamente material genético a un tumor, al mismo tiempo que previene los efectos secundarios en los tejidos sanos que lo rodean.
“La nanopartícula – continúa Satchi-Fainaro –es como un taxi que transporta a dos pasajeros importantes. Muchos protocolos oncológicos se componen de cócteles de medicamento, pero no llegan al tumor al mismo tiempo. Sin embargo, nuestro ‘taxi’ mantiene a los ‘pasajeros’ –y al resto del cuerpo– seguros durante todo el recorrido, apuntando sólo al tejido tumoral. Una vez que llega a su destino, una enzima presente en el cáncer de páncreas provoca su biodegradación, lo que permite que la carga terapéutica se libere en el lugar adecuado: las células tumorales”.
Como último paso de la investigación, el equipo liderado por Satchi-Fainaro, inyectó las nanopartículas en ratones con cáncer de páncreas y el resultado fue extender notoriamente su esperanza de vida, al reducir hasta en un 75%el tamaño y el número de células tumorales, un efecto que, en teoría, sería similar en humanos.
Juan Scaliter