Un nuevo estudio revela que los bebés preverbales son capaces de hacer deducciones racionales, mostrando sorpresa cuando un resultado no ocurre como se esperaba. Los resultados sugieren que tal razonamiento no tiene necesariamente una base lingüística, como algunos pensaban. El silogismo disyuntivo es una forma lógica de pensar donde, si solo A o B pueden ser verdaderos, y A es falso, entonces B debe ser verdadero. En esencia, es la capacidad de llevar a cabo el proceso de eliminación. Tal habilidad había sido confirmada en niños pequeños, pero no en bebés preverbales.
En un estudio publicado en Science, un equipo liderado por Nicoló Cesana-Arlotti,estudió a bebés de 12 y 19 meses mientras veían dibujos animados. En ellos se mostraban dos objetos que variaban en forma, textura, color y categoría (por ejemplo, una flor y un dinosaurio), pero luego se ocultaban detrás de una valla y uno de los objetos era recogido por una suerte de grúa. Luego se quitaba la valla y el niño se enfrentaba al objeto restante (opción lógica) o a los dos… lo que le dejaba perplejo. Los investigadores utilizaron los datos de seguimiento ocular para descubrir que los bebés miraban más tiempo las escenas donde el objeto inesperado permanecía detrás de la barrera, lo que indica que estaban confundidos por el resultado y esperan obtener más información.
Cesana-Arlotti realizó variaciones de este experimento para confirmar que, de hecho, era el objeto inesperado lo que llamaba la atención de los bebés. Además, los investigadores descubrieron que sus pupilas se dilataban más cuando veían películas que requerían deducciones racionales, un fenómeno que también ocurre en los adultos durante el razonamiento deductivo.
Juan Scaliter