TRAPPIST-1 es una enana roja que se encuentra a 39 años luz. Allí se descubrieron en 2016 siete exoplanetas de un tamaño similar al nuestro, tres de los cuales se encontraban situados en la llamada «zona de habitabilidad». El hallazgo alentó las esperanzas de que alguno de ellos pudiera albergar alguna forma de vida. Pero esas esperanzas acaban de enfriarse.

El agua es una de las condiciones esenciales para que exista vida (al menos tal y como la conocemos) y esos explanetas la tienen en abundancia. Pero, la mala noticias es que astrofísicos de la Universidad de Arizona han descubierto que tal vez tenga demasiada.

Sus estudios han revelado que los siete exoplanetas están llenos de océanos y tienen una cantidad de agua en masa que oscila entre el 10 y el 50%, cuando nuestro planeta (llamado azul por causa del agua) solo tiene un 02,%. Eso significa que se les poddía calificar casi como mundos acuáticos. Y el gran problema es que tanta agua es un impedimento para que se produzcan algunos de los factores geoquímicos que son esenciales para la vida.

Fuente: ScienceAlert.

Vicente Fernández López