Varios siglos atrás, un barco se hundió en el mar de Java, frente a la costa de Indonesia. El casco de madera se desintegró con el tiempo y solo quedó su carga. El navío transportaba miles de artículos de cerámica que permanecieron en el fondo del océano hasta la década de 1980, cuando se descubrió el naufragio. En los años transcurridos desde entonces, los arqueólogos han estudiado artefactos recuperados del naufragio para reconstruirla ruta del barco y cuándo partió. Una de las claves para desentrañar la historia ha sido una etiqueta, hallada en una pieza de cerámica en la que se lee el equivalente a «Hecho en China”, que ayudó a los arqueólogos a reevaluar la fecha del naufragio y su relación con la historia de China.
«Las investigaciones iniciales en la década de 1990 dataron del naufragio de mediados a fines del siglo XIII – explica Lisa Niziolek, líder del estudio, en un comunicado–, pero hemos encontrado evidencia de que es probablemente un siglo más antiguo. Hace ochocientos años, alguien puso una etiqueta en estas cerámicas que básicamente dice ‘Hecho en China’, debido al lugar particular mencionado, podemos salir mejor con este naufragio».
De acuerdo con los hallazgos, publicados en Journal of Archaeological Science: Reports, el barco llevaba cerámica marcada con una inscripción que podría indicar que se hicieron en Jianning Fu, un distrito gubernamental en China. Pero después de la invasión de los mongoles alrededor de 1278, el área fue rebautizada como Jianning Lu. El ligero cambio en el nombre hizo que Niziolek y sus colegas pensaran que el naufragio pudo haber ocurrido antes de finales de los años 1200, ya en 1162.
Niziolek señala que la probabilidad de que un barco mercante llevarala inscripción Jianning Lu, cuando esta ya era obsoleta, es muy escasa. El naufragio debía haber sido anterior.
“Probablemente había alrededor de cien mil piezas de cerámica a bordo. Parece poco probable que un comerciante haya pagado por almacenarlas durante mucho tiempo antes del envío, lo más probable es que se hicieran no mucho antes que el barco se hundiera”, añade Niziolek.
Además, la cerámica no era la única carga a bordo. El barco también transportaba colmillos de elefante y resinas. Ambos materiales fueron fundamentales para volver a fechar el naufragio ya que provienen de seres vivos, y todos los seres vivos contienen carbono. Gracias a ello se pudo datar el naufragio 100 años antes de lo que se creía previamente.
“Fue una época – concluye Niziolek – en la que los comerciantes chinos se volvieron más activos en el comercio marítimo, más dependientes de las rutas de ultramar que de la Ruta de la Seda. Así, el naufragio ocurrió en un momento de transición importante”.
Juan Scaliter