Un grupo de científicos del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte y del Museo Paleontológico Vyatka (Kirov, Rusia), liderados por Christian Kammerer, han descrito fósiles de dos nuevas especies de dientes de sable. El hallazgo, publicado en PeerJ, mejora la comprensión que tenemos de un intervalo importante en la evolución temprana de los mamíferos, un tiempo, entre las extinciones masivas, cuando los roles de ciertos carnívoros cambiaron drásticamente.

Los mamíferos vivos descienden de un grupo de animales llamados terápsidos, un grupo de «protomamíferos» que dominaron los ecosistemas terrestres en el Período Pérmico (entre 299 y 252 millones de años atrás), millones de años antes de los primeros dinosaurios. Estos protomamíferos incluían herbívoros con colmillos, insectívoros excavadores y depredadores dientes de sable. La gran mayoría de los terápsidos del Pérmico se han encontrado en la cuenca del Karoo en Sudáfrica. Debido a esto, los fósiles de terápsidos de otros sitios, son extremadamente importantes ya que permiten a los científicos discernir si los eventos observados en el registro fósil protomamífero representan patrones globales o meramente regionales.

Recientes expediciones realizadas por el Museo Paleontológico de Vyatka han reunido una gran cantidad de fósiles de Pérmico espectacularmente preservados. Estos descubrimientos fósiles incluyen los restos de las dos especies de dientes de sable. La primera de ellas, Gorynychus masyutinae, era un carnívoro del tamaño de un lobo y fue el depredador más grande en la región. La segunda, Nochnitsa geminidens, era un carnívoro más pequeño, de hocico largo, con dientes en forma de aguja.

Ambas especies llevan el nombre de monstruos legendarios del folclore ruso, acordes con sus apariencias. Gorynychus hace referencia a Zmey Gorynych, un dragón de tres cabezas, y Nochnitsa es por un espíritu nocturno malévolo: sus cuencas oculares relativamente grandes lo vinculan a hábitos nocturnos.
Ambas especies vivieron durante la extinción del Pérmico medio (260 millones de años atrás) y la extinción masiva del final del Pérmico (252 millones de años), un evento que casi aniquila a todos los protomamíferos.

«En medio de estas extinciones – señala Kammerer en un comunicado – , hubo un cambio total en los roles que desempeñaban estos carnívoros en sus ecosistemas, como si los osos se volvieran del tamaño de comadrejas y viceversa. Las nuevas especie de Rusia proporciona la primera evidencia de que hubo una rotación mundial de depredadores después de la extinción del medio Pérmico, y no solo una rotación localizada en Sudáfrica”.

Juan Scaliter