Los próximos 10 años serán fundamentales para el futuro de la Antártida, y las decisiones tomadas tendrán consecuencias duraderas, según un grupo internacional de científicos. Sus conclusiones, publicadas en Nature, establecen dos escenarios futuros para el continente en los próximos 50 años.
El trabajo, liderado por Rob DeConto, destaca el potencial de la Antártida para contribuir con una mayor subida del nivel de los océanos de lo que se había considerado anteriormente.
Ese estudio, publicado en Nature, también destaca cómo la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero puede reducir la exposición de las costas bajas y las ciudades costeras al aumento del nivel del mar.

“La ciencia está apuntando a escenarios más extremos del peor de los casos con respecto al aumento del nivel del mar – explica DeConto en un comunicado –, pero la buena noticia es que una reducción de emisiones, en línea con las aspiraciones del Acuerdo Climático de París, reduce drásticamente el riesgo de inundar nuestras costas en las próximas décadas”.

Los científicos dos narrativas alternativas sobre el futuro de la Antártida desde la perspectiva de un observador que mire hacia atrás desde 2070. Los escenarios son «altamente especulativos», enfatizan, no pronósticos, sino puntos de partida para la discusión. Los análisis abordan variables como las plataformas de hielo, las especies invasoras, el hielo marino, los ecosistemas oceánicos y terrestres, la minería y otros usos humanos.

En el primer escenario, en el que las emisiones de gases de efecto invernadero no se controlan y las respuestas de política son ineficaces, la Antártida verían una dramática pérdida de las principales plataformas de hielo para el año 2070 y una aceleración en el aumento global del nivel del mar. Además, el crecimiento irrestricto del uso humano, habrá degradado el medio ambiente e introducido plagas invasoras.

En el segundo escenario, uno en el que la reacción de los organismos y gobiernos responsables ha sido limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y establecer políticas que reduzcan la presión humana sobre el medio ambiente, el futuro se ve menos agorero. Una acción decisiva sobre la reducción de las emisiones, permitiría que el continente en 2070 se vea “muy parecido a lo que se veía en las primeras décadas del siglo – sugieren los autores , con las plataformas de hielo intactas, la pérdida más lenta de la capa de hielo y la amenaza reducida del aumento del nivel del mar”.

Juan Scaliter