El agujero en la capa de ozono amortigua el deshielo de la Antártida producido por el cambio climático. Así lo asegura un estudio del Comité Científico de la Investigación Antártica (SCAR en sus siglas en inglés), en el que participan un centenar de científicos especializados en este continente.

Según estos expertos, el agujero ha intensificado la incidencia de los vientos fríos en torno a la Antártida, en especial los procedentes del polo sur y los de poniente. Este hecho ha contribuido al mantenimiento de las temperaturas habituales de la zona.

No obstante, el estudio recuerda que en los últimos años los esfuerzos para reducir este agujero están teniendo resultados positivos. Por ello, prevén que el efecto invernadero podría ser más intenso en la Antártida en las próximas décadas: la temperatura podría aumentar en tres grados centígrados, y la pérdida de masa de hielo en la zona occidental del continente podría elevar el nivel del mar en 1,4 metros para 2100.

Redacción QUO