El debate está servido. Recientemente, una página web llamada Ancient Code (defensora de las teorías de la conspiración) ha publicado una imagen en la que se ve una curiosa estructura con forma de óvalo en la Antártida. Según su teoría, esta habría sido construida por el hombre y, concretamente, por una civilización antigua.

Dicha estructura tiene 120 metros de ancho y está ubicada en la Antártida Oriental. El sitio web afirma que la estructura «se parece a algo que fácilmente habría podido ser diseñado por alguien. ¿Qué pasa si en el pasado, cuando la Tierra -y la Antártida- eran muy diferentes a hoy, una antigua civilización se desarrolló creando estructuras fascinantes, monumentos y templos allí? ¿Sería posible encontrar pruebas de su existencia hoy en día?».

El problema con esta teoría, es que nunca ha habido condiciones favorables para que los humanos residan en la Antártida. Estaba cubierta de hielo mucho antes de que el Homo sapiens evolucionase. El continente helado es inhóspito para nosotros y tenemos que utilizar lo mejor de nuestra tecnología para que los científicos se mantengan a salvo en la zona.

Hay mucho que no sabemos sobre nuestro pasado, y los seres humanos han sido siempre ingeniosos en la búsqueda de soluciones. La arqueología es una ciencia maravillosa y con frecuencia sorprendente. Pero afirmaciones extraordinarias requieren también pruebas extraordinarias.

Si introducimos en Google Maps las coordenadas 66º17’10.5”S 100º29’07.8”E podremos ver dicha estructura con nuestros propios ojos y hacer conjeturas imposibles. Pero hay cuestiones que deben abordarse. Si fue realizada por una antigua civilización… ¿cómo lo construyeron? La minería en un desierto helado no es algo precisamente sencillo. Y, ¿cómo mantener aquel lugar cálido? No hay árboles para hacer fuego y no creemos que una hoguera con pingüinos sea precisamente eficiente. Y lo más importante, ¿Por qué construirla allí, alejada de recursos naturales y en el entorno más extremo de la Tierra?

Los más prudentes afirman que se puede tratar de un sastrugi, «una superficie nevada que presenta muchas irregularidades topográficas, modelada por surcos agudos e irregulares que se forman por la erosión del viento, la saltación de partículas de nieve y la propia deposición de la nieve caída, tanto en regiones polares como templadas».

Fuente: iflscience.com

Redacción QUO