¿Qué pueden aprender los científicos sobre las enfermedades neurodegenerativas humanas de una plaga que afecta a la soja? La respuesta está en el nematodo del quiste de la soja (Heterodera glycines), una de las dos clases de gusanos redondos microscópicos que se sabe que pierden y luego recuperan la movilidad como parte de su ciclo de vida. Un nuevo estudio publicado en PLOS Pathogens, explica cómo logra esto.
“Este es un animal que básicamente sufre neurodegeneración – explica el autor principal Nathan Schroeder –, incluida la atrofia muscular casi completa, y luego puede revertirlo en un desarrollo posterior. Desde una perspectiva de salud humana, estoy entusiasmado con las posibilidades que esto podría ofrecer”.
Schroeder y su equipo tomaron los pasos fundamentales para documentar exactamente cómo los músculos y las neuronas degeneran en estos animales durante su etapa de alimentación juvenil. A medida que entran en la edad adulta, los machos se vuelven móviles de nuevo, retorciéndose a través del suelo en busca de compañeras.
«Durante la pérdida de movilidad – añade Schoreder –, los músculos se contraen y se separan de la cutícula o el exoesqueleto. Esto es básicamente por qué se paralizan, algo que no se sabía previamente. ¿Es solo que no necesitan moverse una vez que comienzan a alimentarse o hay cambios estructurales?»
Además de la atrofia muscular, los investigadores documentaron la degeneración de las neuronas y una disminución significativa de GABA, un neurotransmisor crítico, asociado con la actividad muscular. Pero a medida que los machos comenzaron a entrar en la edad adulta, sus niveles de GABA se dispararon. A partir de ahí, el músculo y las neuronas asociadas comenzaron a reconstruirse.
La aplicación de estos hallazgos a la enfermedad neurodegenerativa humana aún puede estar muy lejos, pero la investigación podría conducir a importantes resultados prácticos para el control de plagas de la soja. El nematodo del quiste de la soja es una de las peores plagas de soja en el mundo, causando más de mil millones de dólares en pérdidas anuales. Explotar este mecanismo, que parece ser exclusivo del quiste de la soja, podría ser una muy buena noticia para la agricultura.
Juan Scaliter