Hasta ahora se han identificado más de 1.000 especies de bacterias en el intestino humano. Comprender el funcionamiento de este microbioma increíblemente diverso, con una gran influencia en la salud, es un objetivo central de los científicos. Gracias a que hemos aprendido a modificar genéticamente bacterias en los laboratorios, hay una gran posibilidad de ajustar los genes de nuestros habitantes intestinales para que puedan hacer algo más que ayudar a digerir nuestros alimentos, por ejemplo: registrar información sobre el estado del intestino, señalar la presencia de alguna enfermedad, etc. Sin embargo, se sabe muy poco acerca de cómo todas esas diferentes bacterias se comunican entre sí, y si es incluso posible crear los caminos adecuados para que se pasen información entre ellos.
Ahora, un equipo de expertos, liderados por Pamela Silver, ha logrado diseñar un sistema de transmisión de señales genéticas en el que una señal ambiental dispara una reacción en la bacteria Salmonella Typhimurium y la lleva a enviar un mensaje a otra bacteria, en este caso E. coli y todo ello en el intestino de un ratón. Este avance permite a los científicos acercarse al desarrollo de un «microbioma sintético» compuesto de bacterias programadas para realizar funciones específicas. El estudio se ha publicado en ACS Synthetic Biology.
“En última instancia – explica Silver en un comunicado –, nuestro objetivo es crear un microbioma sintético diseñado en el intestino, con bacterias especializadas (para detectar y curar enfermedades, crear moléculas beneficiosas para mejorar la digestión, etc.) pero tambiénpara comunicarse entre sí y asegurarse que todo esté en equilibrio. El microbioma es la próxima frontera en medicina. Diseñar nuevas tecnologías para mejorar los microbios intestinales representa un importante paso adelante en esta dirección”.
El próximo paso será modificar otras especies de bacterias para que puedan comunicarse entre sí.
Juan Scaliter