Al final de su vida, una estrella masiva muere en una explosión conocida como supernova. Esta explosión destruye la mayor parte de la masa de la estrella y la expulsa hacia el espacio exterior. Esa masa luego se recicla en nuevas estrellas y planetas, dejando firmas químicas que les dicen a los científicos cómo era la supernova. Los meteoritos o estrellas fugaces, se formaron a partir del material que quedó del nacimiento del Sistema Solar, preservando así las firmas químicas originales.
Ahora, un equipo internacional de investigadores ha propuesto un nuevo método que utiliza meteoritos y es único en el sentido de que puede determinar la contribución de los neutrino electrónico (o electrón-neutrino), partículas con una masa un millón de veces menor que la del electrón,que se acercan a la velocidad de la luz y son muy difíciles de detectar.
Las supernovas son eventos importantes en la evolución de las estrellas y galaxias, pero los detalles de cómo ocurren las explosiones aún se desconocen. Esta investigación, dirigida por Takehito Hayakawa, mide la cantidad de diferentes elementos sensibles a los neutrinos electrónicos involucrados en el proceso de la supernova, así como a cuánto tiempo pasó entre la supernova y la formación del Sistema Solar.
El estudio ha sido publicado en Physical Review Letters.
Juan Scaliter