Hasta ahora, se desconocía el impacto de las granjas eólicas y solares en la vegetación y en los procesos climáticos regionales. La generación de energía gracias a este tipo de instalaciones podría reducir las emisiones de carbono y mitigar así el cambio climático antropogénico, pero ¿son estos sus únicos beneficios? Esa es la pregunta que buscó responder un equipo de expertos de las universidades de Maryland, Pekín y Trieste, liderado por Yan Li.
Los resultados, publicados en Science, señalan que las granjas eólicas y solares incrementarían las precipitaciones locales y también la cubierta vegetal. Para llegar a esta conclusión los científicos analizaron granjas en el desierto del Sahara y en la región del Sahel, áreas particularmente deseables para estas instalaciones debido a su vastedad y falta de habitantes.
Usando una combinación de experimentos y modelos informáticos, concluyeron que ambos tipos de granjas aumentan la precipitación local y el crecimiento de las plantas. Los parques eólicos mezclan el aire más caliente desde arriba, lo que crea un ciclo de retroalimentación por el cual se produce una mayor evaporación, precipitación y crecimiento de la cubierta vegetal. Los datos sugieren que los parques eólicos pueden duplicar la cantidad de precipitación diaria. Los paneles solares, por otro lado, reducen el albedo superficial (el reflejo de la luz) y desencadenan una retroalimentación positiva de que conduce a aumentos de precipitación de aproximadamente 50%, señalan los autores.
Juan Scaliter