El proyecto SETI@home, aquel que pretendía encontrar señales procedentes de civilizaciones inteligentes, echa el cierre de manera indefinida tras casi 21 años de análisis del cielo.
La logística para levantar hogares en nuestro satélite natural puede suponer un coste tan elevado que ya se piensa en cómo usar otras materias primas que planteen nuevas alternativas de alojamiento: como la orina.